.My New Home.

. 21.

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Dos meses, habían pasado desde la nueva paz, meces en los que la convivencia inicial fue difícil, pero la reforestación, avanzó a pasos muy grandes, la nueva ciudad central estaba llena de árboles, mismos que eran deleite para los humanos y los nuevos residentes, esos que no podían con los aromas y sabores de las frutas, algo único en verdad.

También dos meses en que la relación de Prem y Boun era el ejemplo de amor entre los hijos de Bloend, esos que se mostraban sin miedo delante de quien fuera. Ellos no soltaban sus manos y tenían gestos dulces; importantdoles poco la opinión del resto.

Así como también lo eran Jimin y Suga, siendo este último el guardián del rosado.

— ¿Me repites para qué sirve?

— Esto — mostrando una gran máquina — hará que las semillas vuelen a otras partes, lugares más lejanos y así puedan reforestar el resto del mundo.

Es que Jimin amaba esos árboles, y siempre buscaba la manera de hacer que estos hermosearan la tierra.

— Y suponiendo que funcione... —La mirada no se dejó esperar, esa de molestia.

— Lo hará — lo corto — y si no lo hace a la primera lo intentaré las veces que sean necesarias, para... — Lo tomo de las mejillas y le planto un beso, de esos que te quitan la molestia, y el aire de paso — Yoonie!

— Te amo — besando su naricita.

— Tonto.

— Perdón por molestar, pero necesito a Jimin — Y si las miradas mataran, Jin ya estaría bien tieso — ¿Por qué me miras así?

— Por nada.

— ¡Hola Jin!

— Hola, hermoso, ¿estás listo? — asintió — bien, en ese caso hagámoslo...

Presiono los botones, y Jin de las semillas en el compartimiento, y de poco todos los que sabían de la idea estaban llegando. Moon pegada al pecho de su pareja Kio, Tae tomando fuerte la mano de Hobi, Félix, que ni de broma se separaba de Kook, Nam mirando de forma tierna a Jin.

— Bien, esto da inicio a esta nueva vida — susurro el rosado, conteniendo un poco sus lágrimas— gracias por eso y por darle a este planeta otra oportunidad.

Cuando presionó el botón de disparo, todos vieron cómo las pequeñas semillas salían en aquella mini nave dispuesta a darle vida al mundo.

— Esto es... — susurro Moon.

— Brisa — completo Nam, la primera brisa natural luego de tanto tiempo, esa que haría más fácil el trabajo.

Algunos meses después, los satélites mostraban como había puntos verdes sobre la tierra, así como también, se mostraban algunas nubes.

El mundo volviéndose un hogar.

— ¿Nervioso?

— Un poco, la verdad — sonriendo — no creí que de verdad yo sería alguien así de importante.

— Oh, vamos, todos sabíamos que tú serías quien dirigirá este nuevo mundo...

— No lo hago solo.

— No, pero sé que Félix te dejará a ti la responsabilidad, en especial cuando Jungkook esté cerca — el moreno rio, es que nadie creía, aunque eso se volviera el amor que es ahora.

— Y tú, ¿cuándo darás ese paso, Jin? —El guapo hombre sonrió tímido y bajo la mirada.

— No lo sé, cuando alguien se fije en mí, supongo, hasta ahora ninguna mujer ha mostrado interés, así que...

— Y si no fuera una mujer la que te muestre interés? — paso de una mirada nostálgica a una curiosa, por las palabras del hombre frente a él, ese que respiro profundo — eres alguien increíble, luchador con una visión única Jin, y si bien no te vi de primeras, debo decir que este último tiempo, no me has sido indiferente...

— Nam...

— Me gustas, Jin, y si tú no tienes reparos o trabas, yo... —Respiro profundo— me gustaría conquistarte.

Aquella tarde todos conocieron a quien sería el encargado de hablar por los humanos, Kim Namjoon, el representante humano en la alianza con Bloend.

Estaban sentados allí, donde todo comenzó. Con cuidado replanteó el cerezo, aquel, donde ahora recibiría luz, agua y mucho amor, ya que lo habían dejado en el territorio humano, siendo los niños, los más felices.

— Perdón por la tardanza — susurró al árbol— pero ahora ya puedes crecer — el árbol dejó caer una de sus flores, cayendo justo en la mano de Jimin, un gracias, silencioso— por nada.

Es que ahora Jimin y los demás pueden decir que tienen al fin un hogar.

Un nuevo y hermoso hogar.

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— Señor, tenemos lecturas de vida en el sector X506, tercer planeta de la vía láctea 10059.

— ¿Inteligente?

— Eso aún no lo sabemos, puedo mandar una sonda y averiguar.

— Hazlo.

— Claro — presionó los botones, y una cápsula fue disparada desde una gran nave — llegará en 1200 clicks.

— Bien.

Por qué nadie dijo que la paz fuera eterna.

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[Fin~?]