Crossed Love ; 𝐁𝐢𝐥𝐥 𝐊𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳

13 | ¿𝐄𝐧 𝐪𝐮𝐞́ 𝐦𝐞 𝐦𝐞𝐭𝐢́?

                                                                    Amber

Cuando vi que Zara me había dejado en visto, decidí apagar el teléfono. Giré mi cuerpo en dirección al aula, lamentándome por seguir en clases. Sin embargo, antes de que pudiera entrar, sentí cómo mi teléfono cobraba vida, sonando y vibrando en mi bolsillo. Bajé la mirada y vi en la pantalla el nombre "Billy". Mi corazón empezó a saltar de alegría y un cosquilleo recorrió mi piel. Contesté y llevé el teléfono a mi oído.

—¿Hola? –Respondí, intentando mantener la calma.

—Amber, hola... –Bill hizo una pausa, y pude escuchar cómo suspiraba nervioso—. ¿Estás en clases?

—Sí, pero... eso no importa –aclaré, alejándome un poco del aula.

—¿Segura? No quiero que te saltes tus clases –argumentó, mientras se aclaraba la garganta. Qué encanto.

—Sí, está bien... no te preocupes –afirmé con una sonrisa, aunque él no podía verla.

—¡Amber! –Alguien gritó mi nombre. Me sobresalté y giré para ver quién era.

Mis ojos se encontraron con Alex, quien caminaba por los pasillos en mi dirección. Me quedé inmóvil, esperando a que me dijera lo que quería.

—¿Con quién hablas? –preguntó con la voz ronca. Una vez cerca de mí, agachó su cabeza para poder verme.

—¿Qué quieres, Alex? –Lo cuestioné con desdén. Después de todo lo que me había hecho pasar, me hablaba como si no hubiera hecho nada.

—Vamos, dime... –me contestó entre risas, arrebatándome el teléfono sin previo aviso.

—¿¡Qué te pasa?! –grité, mientras él levantaba el teléfono. No luché por recuperarlo, simplemente lo miré.

Después, giró lentamente su cabeza para ver mi teléfono. En la pantalla, Billy estaba en silencio. Alex acercó mi teléfono a su oreja y me miró con una sonrisa.

—¿Hola? –dijo, esperando una respuesta, pero creo que no la obtuvo.

Alejó el celular y lo miró. Después de eso, me lo devolvió. Rápidamente se lo arrebaté, aunque estaba a punto de entregármelo.

—¿Qué diablos te pasa, Alex? –le pregunté, bastante molesta, mientras guardaba mi teléfono en el bolsillo de mi suéter.