17 | 𝐘 𝐞𝐥 𝐟𝐢𝐧 𝐝𝐞 𝐚𝐥𝐠𝐨

113 12 32
                                    

Bill

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.









Bill

Seguí las huellas de Tom, captando de reojo una segunda cabellera dorada como el trigo que se destacaba en la sala... al percibir la efervescencia de la charla de Angela, esta se giró... era Amber, la sonrisa invadió mi rostro de inmediato. Una felicidad genuina y abrumadora me embargó, un sentimiento tan profundo que parecía incomprensible y, al parecer, ella experimentó una emoción similar a la mía. Me quedé allí, estupefacto, bebiendo la visión de su presencia, queriendo grabar cada detalle de su figura en mi mente.

Sin embargo, ella corrió hacia mí, sus rubios mechones danzaban en el aire como si el tiempo se hubiera ralentizado... sus ojos azules me miraban, y solo solo veía todo en cámara lenta... pero todo volvió a la realidad cuando sentí su cuerpo lanzándose contra el mío. Tuve que retroceder un paso para mantener el equilibrio... y sentí sus manos recorriendo mi espalda, envolviéndome en un abrazo que me desarmó por completo, su rostro se hundió en mi pecho... y...

Me abrazó y me hizo consciente de un frío eterno que había llevado conmigo, ¿cómo le explico que nunca antes había experimentado tal calor efímero y embriagador? Ni siquiera con Tom, o con mi madre. ¿Cómo pude pasar casi toda mi vida sin sentir esta sensación de calidez y pertenencia?

—Hola... –dije, intentando iniciar una conversación.

—Hola... –Nos separamos y pude ver la sonrisa iluminar su rostro, sus mejillas se habían teñido de un rubor delicado.

—¿Qué tal el viaje? –Mis manos se deslizaron hasta su cintura, y ella me devolvió la sonrisa.

En lugar de responder, me atrajo hacia ella, envolviéndome en otro abrazo reconfortante. Me tomó nuevamente por sorpresa, pero no retrocedí, correspondí al abrazo, colocando mis manos en su espalda.

—Gracias, –se apartó, llevando un mechón de su cabello detrás de su oreja. —Por llevarnos hasta aquí, y, por preocuparte por mi...

—De nada... –Nos fuimos alejando poco a poco... hasta que solo quedaron nuestras manos unidas, y las tomé... no las solté de inmediato, las acaricié y luego las liberé con delicadeza.

—¿Te resultó pesado el viaje? –pregunté, sin apartar mi mirada de sus ojos.

—Fue el primero que he hecho... así que fue grandioso, para nada lo sentí pesado. –argumentó, gesticulando con las manos y al final asintió con la cabeza.

—¿De verdad? Me alegra que lo hayas disfrutado... –respondí.

En un abrir y cerrar de ojos, alguien había tocado el hombro de Amber, ella giró su rostro y noté a su amiga... maldición, había olvidado a su amiga.

—Amber, ayúdame. –murmuró, pero su voz fue lo suficientemente audible para que la oyera, luego volteó a verme. —Hola, Bill.

Agitó su mano en un saludo, la saludé de vuelta. Después de eso, ambas se retiraron a una esquina... y mi vista se encontró con Angela de espaldas y Tom, él al notar que lo miraba... me hizo unas señas en silencio que decían "Te mataré". Tragué saliva... y me aparté de inmediato, me acerqué a Amber y su amiga. Ellas me miraron y sabía que estaba interrumpiendo algo, pero no quería dar explicaciones a Tom.

Crossed Love ; 𝐁𝐢𝐥𝐥 𝐊𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora