Crossed Love ; 𝐁𝐢𝐥𝐥 𝐊𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳

16 | 𝐄𝐥 𝐢𝐧𝐢𝐜𝐢𝐨

Amber

Por fin había logrado sumergirme en el sueño... hasta que un impulso involuntario de mi cuerpo me sacó de él. Mis ojos se abrieron lentamente, descubriendo que la oscuridad de la noche ya había envuelto mi habitación. Despegué mi rostro de la suave almohada y, apoyándome en mis brazos, me incorporé, permitiendo que mi mirada vagara por el familiar entorno de mi habitación. La luz de la luna se filtraba por la ventana, proyectando un tenue resplandor que iluminaba parcialmente el espacio. Giré mi rostro hacia mi teléfono, que yacía a un lado... lo tomé con lentitud y noté que la batería estaba casi agotada. Sin embargo, pude ver que tenía unos mensajes de Bill y de un número desconocido... justo cuando intenté desbloquearlo, mi teléfono sucumbió a la falta de energía, apagándose.

—Ahg... –Me quejé en voz baja, la frustración evidente en mi tono.

Deslicé mis piernas hasta el borde de la cama y bajé mis pies, levantándome para poder tomar mi cargador. Con éxito, logré conectar mi teléfono, y lo dejé reposando en mi mesita de noche. Luego, me puse de pie por completo, sintiendo la necesidad de estirarme. Extendí mis brazos hacia arriba y cerré los ojos, disfrutando del alivio que proporcionaba el estiramiento. Bajé mis brazos de golpe y abrí los ojos. Comencé a caminar, alejándome de mi cama hasta llegar a la puerta. Suspiré y extendí mi mano para girar la manilla con un movimiento lento y determinado. Logré abrir la puerta y salí de mi habitación...

El pasillo estaba sumido en la oscuridad... ni siquiera me molesté en mirar la hora, no tenía idea de qué hora era. Caminé hasta llegar a las escaleras y comencé a descenderlas, escuchando cómo el sonido de la televisión se hacía cada vez más fuerte, acompañado de una luz que se filtraba desde las escaleras. Al bajarlas, el eco de mis pasos descalzos resonaba en el silencio.

—¿Nic? –Escuché cómo la voz de Zara mencionó a Nic.

Bajé el último escalón y di la vuelta a la pared para encontrarme con Zara, sentada en el sofá, absorta en una película. La luz detrás de ella iluminaba su cabello café, creando un halo alrededor de su figura. Ella abrió los ojos y se incorporó para verme mejor.

—Diablos, ¿estás bien?

Su pregunta me desconcertó... y asentí con la cabeza.

Zara

Observé a Amber, cuyo cabello parecía un campo de batalla. Estaba enredado y desordenado, como si hubiera sido víctima de un litro de sprite para el cabello; lo llevaba alzado en una especie de revoltijo. Y su rostro no estaba en mejores condiciones, sus ojos estaban ligeramente rojos, y en su mejilla se podía apreciar la textura de la tela de la almohada...