21 | 𝐒𝐨́𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫𝐞𝐧 𝐝𝐢𝐯𝐞𝐫𝐭𝐢𝐫𝐬𝐞.

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En las sábanas, ahí escondidos, están los integrantes descansando plácidamente

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En las sábanas, ahí escondidos, están los integrantes descansando plácidamente... sin contar todas las... barbaridades que hicieron la noche anterior.

[...]

—¡TOM, PÁSALA! –Gritó el de cabellera lisa.

El de trenzas, aventó con fuerzas una pelota de tenis. Pero todos estaban suficientemente ebrios para darse cuenta de que eso no era una de futbol americano; Aquella esfera fue aventada con tanta fuerza que paso de largo a Georg, este brinco para intentar levantarla... pero fue inútil —Ellos siguieron la cosita redonda con sus ojos. La pelota golpeó el candelabro que tenía el hotel, y para su suerte este desprendió unos cuantos cristales que tenía... que se terminaron de romper en el suelo.

—¡TOM! –Añadió Georg.

Pero al ver hacia donde se suponía que estuviera Tom... había un pasillo vacío, mientras se veía como había alguien corriendo. Este no espero más y salió detrás de él.

—¡¿Qué paso aquí?! –Gritó un chico del hotel, venía con su carrito de comida

Ya que había llegado de entrenarle su comida a alguien. Pero esa paz fue interrumpida por ver cristales rotos en el suelo y un sujeto huyendo... no con la coordinación perfecta, pero lo hacía.

[...]

Ahora estaban en su habitación, jugando verdad o reto. Y seamos sinceros, si todos están ebrios a nadie la importa que digan la verdad... era más bien, reto o reto. Su lógica era decir un reto, e intensificarlo; Esta vez le toco a Tom.

—Sal y entrégate. –Propuso Zara, con una sonrisa en su cara.

—Mejor, hazlo desnudo. –Dijo Gustav.

—¡Tengo que grabar eso! –Añadió Bill, tomando el celular de alguien.

—¿Puedo dejarme los calzoncillos? –Preguntó mientras se ponía de pie

—¡No! –Dijeron todos, entre risas

Tom no dudó ni un segundo, es más ni siquiera le llegó a preocupar. O simplemente no sabía qué pasaba; comenzó a quitarse la ropa... excepto sus calzoncillos. Al final los chicos tuvieron piedad... abrieron la puerta y lo empujaron con fuerza... él abrió sus brazos y encogió los hombros.

—¿Y a quién me entregó? –Preguntó, con una mueca en su nariz.

—A las recepcionistas, idiota. –Carraspea Gustav.

Mientras Bill sigue grabando; Bajaron hasta las las recepcionistas, mientras todos miraban a Tom caminando como si estuvieran caminando para recoger su premio... mientras los demás iban unos cinco pasos detrás de él, mientras se empujaban y reían. Esperaron a que Tom saliera primero, y claramente se escuchaba como las chicas murmuraban; Todos se quedaron detrás de una pared, mientras se acercaban al borde para ver... bueno, uno miraba desde la cámara.

Crossed Love ; 𝐁𝐢𝐥𝐥 𝐊𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora