Raphael
Encajo el cuchillo en la mesa de madera haciendo brincar al doctor amordazado y amarrado a la silla, estoy quedándome sin paciencia y necesito conseguir algo.
Llevo tres días detrás de estos infelices, sólo para enterarme de que sólo uno de los seis está vivo, por supuesto que no es una maldita casualidad. Bajo la mordaza y lloriquea con fuerza.
—Deja de llorar y dime qué pasó esa noche.
—Por favor, no sé nada.
—No sabes nada —repito agarrando el cuchillo nuevamente y deslizándolo por su cuello—. No te creo, resulta que estabas ahí, así que vas a decirme. ¿Niña o niño?
—No sé de qué habla —murmura, hago una herida pequeña en el cuello, una exclamación se le sale.
—Puedo cortarte en tiritas si no me dices lo que quiero, eres el único que queda vivo y estuvo en la cesárea de la esposa de Maddox Werner, Teniente Coronel hace un año, ve refrescando.
—Coronel, por favor, tiene que detenerse —aprieto el cuchillo y hago un corte superficial en el cuello, sólo para que sepa que hablo en serio, grita como un cobarde—. Niño, era un niño.
—¿Lo dices por el cuchillo o en serio lo recordaste? —tiembla, carajo, odio a estos idiotas.
—Maddox Werner, fue atacado en el Hospital militar, sé quién era, puedo asegurarle que su esposa tuvo un niño, no estaba sano debido a la abstinencia, pero, era varón.
Camino hacia el otro lado de la mesa, el hijo de puta me engañó por completo, desde el principio, y yo creyéndome el inteligente, saco el teléfono y verifico la ubicación de Alexander, no hay nada, el GPS no marca un carajo.
Estuve ignorándolo, pero no creo que… muerdo mi labio inferior cuando siento el filo de un cuchillo contra mi cuello, el pecho contra mi espalda, una mano me acaricia el pelo de forma brusca, luego agarra y hace que lo mire.—¿Te digo lo mucho que me molesta que me ignoren? —me echo a reír viendo el aspecto enojado de Alexander.
—¿Sí?
—No juegues conmigo, Raphael, hoy no estoy para tus tonterías —gruñe empujándome hacia la mesa, me apoyo con las dos manos en la madera, tiene un carácter de los mil demonios.
—Pensé que no requerías de mi presencia ahora que estabas con el Krysha —se echa a reír y me gira, puedo ver la diversión sin esfuerzo alguno.
—¿Esos son celos? —pregunta deslizando la punta del cuchillo por mi mejilla—. No dejes que crea semejante cosa.
—No tengo celos, eso para mí no existe, no soy un hombre inseguro.
—¿Qué haces aquí?
—¿Qué haces tú aquí y por qué no sirve el maldito localizador?
—Lyubov’, soy yo quien hace las preguntas —me hace un corte en el cuello y luego lame el cuchillo probando la sangre, tiene un maldito tornillo suelto—. ¿Qué haces aquí?
—No te importa.
—Lyubov’… —gruño cuando repite ese estúpido apodo.
—Deja de llamarme así, no soy tu amor, ni un… —me agarra del pelo y junta nuestros labios en un rudo beso.
—Deberías permanecer callado por un tiempo, eres exasperante —me apoyo en la mesa, Alexander hace que me siente y se coloca entre mis piernas.
—Estoy ocupado, deja de entretenerme.
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( II ) Oscuras Intenciones (BL)
General FictionSegunda parte de Malas intenciones. Perder, esa palabra desapareció de su vocabulario hasta que definitivamente perdió a Maddox por su estupidez. Decisiones cuestionables, una venganza inacabada, y encontrar a Maddox lo hacen acercarse a un Avtority...