Capítulo 34

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Maddox

Acaricio la mejilla de Raphael, está completamente dormido junto a su hijo, Patrick probablemente despertó en algún momento de la noche y lo hizo acostarse a su lado.

Me alegra saber que a veces puede comportarse como una persona normal, sin embargo no hemos encontrado la fuente de la infección a pesar de revisar la casa de arriba abajo, Phil tenía una intoxicación ligera y mi hijo estaba libre de plomo, lo cual no dejó pistas.

Trato de despertar a Raphael tocándolo varias veces, no quiso hacerse las pruebas alegando que se sentía bien, que como Azael y yo no estábamos enfermos la intoxicación sólo debía limitarse a algo que Patrick y Phil comían, bebían o tocaban.

La verdad es que no estoy tan seguro de eso.

—¿Qué hora es? —gruñe bajando de la cama.

—Las cuatro, debes llegar al Comando en una hora, ve a casa, báñate y ve, me quedaré con él.

—Está bien —Raphael me jala hacia él y besa mis labios, profundiza el beso hasta que tiene suficiente y luego se separa lamiéndose los labios.

—Raphael —él se gira antes de llegar a la puerta, no olvidé lo que prometió—, tienes que hacerte las pruebas y repetirte la resonancia.

—Cuando tenga un tiempo iré al hospital militar y…

—No.

—¿Qué?

—Iré contigo, esta vez no irás solo y no quiero que sea en el hospital militar —chasquea la lengua, sé que lo ve como un capricho, pero necesito que por una vez me haga caso.

—Los resultados demorarán más si no los priorizan.

—Podemos esperar unos días.

—Lo que quieras, sólo dime cuándo y dónde, estaré ahí.

Se va y miro a Patrick, está despierto y mirándome como un cachorro abandonado, no tengo idea de lo quiere hasta que palmea el espacio donde estuvo Raphael, con una ligera carcajada me quito las botas y deslizo bajo la sábana.

Duermo hasta casi las ocho que los doctores vienen a revisar a Patrick, Phil ya está ahí para el relevo, así que me despido de Patrick y conduzco al casino, tengo un montón de trabajo acumulado, también está el problema con Alessio.

Y hablando del rey de roma tiene el uno para prácticamente tirar mi puerta y fulminarme con la mirada.

Perfecto.

—Tenemos una conversación pendiente —gruñe agarrando un botella y sirviéndose un trago, tomo el que me ofrece esperando sus regaños—. ¿Dónde rayos estabas mientras tu esposo torturaba a Maxim?

—Estaba con los niños, en serio no lo sabía.

—No quiero que ese puto loco se acerque de nuevo a él —me encojo de hombros, no puede dar esa orden, eso está más allá de él y también de mí.

—Es lo que él quiera, no puedo controlar a Maxim y tú tampoco, si no quiere acercarse a Raphael lo respetaré, pero si no es así vas a tener que aceptarlo.

—Nadie querría estar en el mismo lugar que su torturador, así que no me vengas con esas excusas.

—Lo sé, pero ya te dije que es cosa de él.

—¿Dónde está el anillo? —abro mi gaveta y coloco el anillo sobre la mesa, la gema roja es una clara burla, Alessio se ve enfermo sólo con la idea de tener que cogerlo, peor aún ponérselo.

—Si no quieres…

—Ya dije que lo haría, supongo que necesitaba un empujón para llegar aquí —quita su anillo y lo intercambia por el de Pahkan, luego de unos segundos me mira—. Voy a enfrentarme a él, pero puede que no funcione.

( II ) Oscuras Intenciones (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora