Maddox
Firmo el papel frente a mí pensando si lo que estoy haciendo es una buena idea, probablemente me arrepienta en algún punto de esta decisión, pero no se siente del todo mal.
Voy a tenerlo para mí y nada podrá cambiar ese hecho, Raphael firma del otro lado y sonríe al verme, me gusta esta situación, sólo si no tuviera esta horrible sensación de que me oculta algo sería perfecto. Raphael me agarra por la parte posterior del cuello y me besa suavemente.
—Ahora eres completamente mío —murmura contra mis labios, muerdo su labio inferior y sonrío.
—Ya lo era, sólo que ahora es oficial —el abogado agarra el documento y nos mira.
—Te enviaré los documentos luego, todos —Raphael agarra mi mano y me jala.
—Los estaremos esperando.
Soy arrastrado hacia el Maserati, es el matrimonio más rápido y extraño de la historia, pero con Raphael las cosas son así, tampoco quiero más, agarro mi teléfono y me dispongo a llamar hasta que él lo quita de mis manos y lo mete en la guantera.
—¿Qué rayos te pasa?
—Nada de teléfonos, vamos a tener nuestra luna de miel.
—¿Perdón? —lo miro como si estuviese loco, Raphael sonríe de medio lado y cambia la velocidad del auto—. ¿Esto es en serio, vamos a tener luna de miel?
—Claro, es lo más divertido de la situación —dejo caer la cabeza en el asiento, lo que sea, Raphael agarra mi mano sin dejar de mirar al frente y besa el dorso—. No puedo darte el matrimonio que te mereces, pero puedo hacer esto por ti.
—No es necesario —aprieta mi mano y me mira por un segundo.
—¿A dónde quieres que te lleve, París, Viena, Roma?
—No podemos salir del país, en estos momentos no, aplacemos esto y luego tendremos esa luna de miel, ¿vale? —Raphael aprieta la mandíbula, no tengo idea del motivo de su enojo, tenemos todo el tiempo del mundo, sólo hay que esperar un poco más.
—Está bien.
No me gusta verlo decepcionado, esta vez soy yo quien besa el dorso de su mano, por una noche no pasará nada, el mundo no se acabará.
—Pero esta noche puede ser nuestra, sólo de nosotros, podemos ir a un hotel y pasar un buen rato.
—Me gusta esa idea.
Raphael conduce hacia un hotel y habla con una recepcionista mientras espero por él en lobby, está extraño, demasiado, y lo peor de todo es que no puedo descifrar su comportamiento, tampoco habla conmigo.
—Vamos —dice tomando mi mano, algunas personas nos miran de camino al ascensor, pero no parece importarle, Raphael se abalanza sobre mí apenas las puertas del elevador se cierran.
Me agarra de las mejillas y desliza la lengua en el interior de mi boca, recorre cada centímetro hasta que alguien que acaba de entrar se aclara la garganta, Raphael se separa lamiéndose los labios y fulmina a la anciana con la mirada.
—¿Qué pasa, señora, nunca ha visto a dos hombre besándose? —la mujer mira hacia otro lado mientras me echo a reír.
Una vez llegamos a nuestra habitación miro alrededor, es amplia, hay una chimenea encendida justo en el medio que le da calor a toda la habitación, varios asientos a un lado, un minibar, un balcón, armario, una cama King vestida de rojo, el cabezal dorado hace que sea una bonita combinación.
—Es bonita.
—Cuesta mucho, así que tiene que serlo —miro mi reflejo en el espejo del armario, Raphael me abraza por la espalda y deja un beso en el cuello.
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( II ) Oscuras Intenciones (BL)
Ficción GeneralSegunda parte de Malas intenciones. Perder, esa palabra desapareció de su vocabulario hasta que definitivamente perdió a Maddox por su estupidez. Decisiones cuestionables, una venganza inacabada, y encontrar a Maddox lo hacen acercarse a un Avtority...