Un año antes…
Maddox
Me siento en la cama tratando de recuperar el aliento, las heridas me duelen, cada una de ellas se hace peor con el paso del tiempo, ni siquiera han dejado que las heridas de bala se cierren de una vez por todas, Dima coloca una mano en mi mejilla y me besa de forma ruda.
—Ojalá hubieses cedido antes, nadie va a venir a salvarte por mucho que supliques, que llores, ni siquiera el Williams.
—Lo sé —Dima sonríe, el cabello blanco está un poco sudado, los ojos azules me hielan la piel—. ¿Podrías buscar atención para Azael? Por favor.
Dima señala la gaveta a mi lado y con un gesto me ordena darle un cigarro, suspiro tratando de calmarme y abro el cajón, hay una caja de cigarros, el encendedor y un pasador para corbata, agarro todo dejando caer el pasador al suelo, gracias a la alfombra no hace ruido.
—Aquí tienes —murmuro pasándole la caja y el encendedor, Dima enciende un cigarro y me lo pasa, inhalo el humo viéndolo prender otro para él.
Sigue ignorándome, insistir sería una maldita locura.
—No hay nada mejor que un cigarrillo después del sexo —dejo salir el humo mirando la forma, he caído realmente bajo, ni siquiera me reconozco.
¿Qué hice tan mal como para tener que aguantar todo esto? Sólo meterme con Raphael, el amor insano por ese hombre me trajo aquí, gracias a él estoy en esta situación, por su culpa Azael y yo estamos en estas condiciones.
Él me involucró en esto.
Si no hubiese cedido a él tendría a mi hijo en brazos cada vez que quisiera, no sería feliz porque últimamente sólo asemejaba la felicidad con lo que él me daba, así estoy de jodido, pero me iría lejos y aprendería a ser feliz con Azael.
—¿Cuánto odias a tu amante actualmente?
Aprieto la mandíbula, estoy cayendo en su trampa, estoy haciendo justo lo que quiere, a pesar de lo que ha pasado sigo queriendo al maldito hijo de puta, lo que pase aquí no debería cambiar eso.
—Mucho —me acaricia la espalda de arriba abajo, sigo fumando, esperando que por fin me deje ir.
—¿Crees que esconde el anillo o en serio no lo tiene?
Es una pregunta simple, debería contestarla enseguida, decirle que no debe tenerlo, pero no le tengo tanta fe a Raphael, no sé si es una mentira o un plan para llegar a otra cosa, no tengo idea de lo que hace mientras yo estoy aquí jodido en todos los aspectos posibles.
—No lo sé —Dima desliza la mano en mi cabello, está limpio debido al baño, pero la herida comienza a sangrar, arde como cada parte de mi cuerpo.
Me besa el hombro y sigue haciendo lo mismo hasta mi cuello.
—Es increíble que no confíes en tu amante —inhalo y exhalo, en realidad no es tan increíble, Raphael no es de confianza en ninguno de los sentidos, nadie lo es, por eso no puedes confiar en nadie.
—Él solo se lo buscó —Dima se ríe suavemente contra mi piel—. ¿No harás lo que te pedí, qué más quieres que haga? No es muy difícil hacer que un médico lo revise.
—Maddox, deja que se muera, lleva días con fiebre, a estas alturas es imposible que sobreviva, mis doctores ya lo vieron.
Apago el cigarro en el cenicero manteniendo mi ira encerrada, no necesito perder el control ahora, sólo tengo que irme de aquí, sacar a Azael para que consiga la ayuda que le hace falta.
—¿Puedo irme ya? —pregunto agarrando mi pantalón, Dima vuelve a besarme, tengo la cabeza extraña, me siento entumecido, débil.
—Vete.
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( II ) Oscuras Intenciones (BL)
Narrativa generaleSegunda parte de Malas intenciones. Perder, esa palabra desapareció de su vocabulario hasta que definitivamente perdió a Maddox por su estupidez. Decisiones cuestionables, una venganza inacabada, y encontrar a Maddox lo hacen acercarse a un Avtority...