𝐋ιႦҽɾƚყ || 𝐅ყσʅαι ||

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“¿Quedarse con esas personas que iluminan tu día?”

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— ¡Kolya~!.

— ¿EH-?.. ¿¡Fedya!? .

— Al fin contestas kolya, ya me empezaba a preocupar.

— ... ¿Cómo es que tiene mi número? - le cuestionó el albino, era extraño ya que no se lo había dado en ningún momento.

— ¿Estás en casa o estás ocupado?.

— Pregunté primero - Dijo seriamente. No y no, no le va a volver a hacer el mismo juego que la otra vez, está vez el albino no se dejaría y mucho menos a alguien que desconoce.

— Pensé que era algo obvio, bueno dejame decirte que me lo dieron - Y en si estaba en lo cierto ya que no tuvo el valor de pedírselo, imposible que le mintiera, por la mente del albino paso la posibilidad de que Dazai se lo diera.

El albino solo suspiro como derrota que juraba que se escuchaba del otro lado de la llamada aún que el silencio empezará a inundar la llamada el azabache volvió a hablar.

— Te toca responder a mi pregunta, Kolya.

— ¿Y por qué debería? - En efecto el albino parecía de mal humor.

— ¿Tres semanas sin vernos y me hablas de esa manera?.

— Tampoco dije que tuviera mucha educación.

El azabache pudo notar que el albino se estaba descargando con él, parecía que estaba enojado pero ¿porque se enojaría con una llamada? Solo queria saber de el y de como sigue por la muerte de ese chico bicolor, no quería nada mas que eso y escuchar su voz alegre. Aunque alegre que digamos no estaba.

— Venga kolya, No quería molestarte - Dijo en voz de derrota, parecía que le iba a colgar al albino.

Tan inesperado fue aquello para el albino, no quiera parecer molesto así, apenas dándose cuenta quiso reparar aquello que empezó.

— Disculpa Fedya, Si se nota que la eh pasado mal últimamente... Perdón por ello.

— Mucho mejor - Contestó el azabache, sonaba que el azabache lo había planeado, ¡era tan hijo de-! ¿¡Le estaba tomando el pelo!? Claramente era así.

— Si estoy en casa, al igual que no hago nada, ¿para que la pregunta? - Le volvió a cuestionar el albino, Tampoco es que fuera tan evidente que era medio lento para entender las cosas a su alrededor.

— Quería ir a tu casa - Respondió el azabache tan directamente que el albino pudo ahogarse con su propia saliva por tal impresión.

Tosiendo por la sorpresa el albino solo pudo ayudarse a su mismo dándose pequeñas palmadas en su pecho, cuando se reincorporo y volvió a tomar el teléfono pudo escuchar de fondo una risa por parte del azabache.

— ¿Te parece gracioso? No creo que puedas venir tampoco.

— Dijiste que no estabas ocupado.

Mierda, olvidó ello-.

— Hablo de que no podrás venir, porque no sabes dónde vivo.

Era cierto, también era que no quería que viniera y mucho menos para visitarlo.

— Es cierto, tu me darás tu ubicación y podré ir en pocos minutos.