Can't catch me now hyunlix

3.

Fuera de la familia Lee no existen hombres que alguna vez hayan conocido el cielo. Ni por asomo, nadie que no tuviera la sangre azul y de los dragones, ninguno de ellos jamás podría llegar a conocer el cielo, pero Hyunjin estaba aquí, sus grandes manos se aferraron a la cintura de Felix y su corazón se sintió más pesado que cualquier otro de sus órganos.

Conoció una extraña sensación de vértigo a medida que Bokkja se elevaba cada vez más lejos del piso, por un momento quiso cerrar los ojos con fuerza, pero en el fondo sabía que estaba viviendo lo que nadie más podría vivir, ni siquiera el príncipe y la princesa podían conocer la experiencia que estaba atravesando.

Felix se inclinó hacia el lomo del dragón y Hyunjin lo imitó, inclinándose hacia la espalda del príncipe, esto era por la velocidad de Bokkja mientras se dirigía hacia arriba para tomar fuerza, cuando el dragón desplegó sus grandes alas, Hyunjin pudo soltar el aire que estaba conteniendo, sin embargo, se arrepintió rápidamente de su decisión porque debido a la presión, no pudo evitar sentir que se ahogaba.

—está bien, Hyunjin—el príncipe dijo—mantén la boca cerrada hasta que te acostumbres.

Para Felix era sencillo decirlo, había nacido entre dragones y era probable que se hubiese subido a uno antes de aprender a leer.

En el cielo las nubes eran húmedas y la presión le dejaba sin aire, el ambiente era frío y todo alrededor se sentía demasiado disperso. Bokkja se elevó incluso más allá de las nubes y un fino rocío los cubrió a los tres, le tomó un buen tiempo acostumbrarse a volar el cielo, pero cuando finalmente se halló allí, no pudo evitar pensar en cómo era posible que sus ojos pudieran ver algo así.

—el mundo se ve pequeño desde aquí—susurró impresionado y tal vez asustado, evitó continuar mirando hacia abajo y dirigió su mirada al cabello rizado y húmedo del príncipe.

—el mundo es pequeño.—Felix le respondió—pero está lleno de magia ¿A dónde estaremos yendo?—preguntó con diversión el príncipe—no le he dado ninguna orden a Bokkja, está volando por su cuenta.

—¿Eso no es peligroso?

—si no confías en él tal vez.

El dragón de Felix los llevó hasta las montañas, Hyunjin se aferró al príncipe cuando la bestia salvaje empezó a aterrizar, si elevarse era aterrador, entonces aterrizar en cien veces peor. Bokkja no tenía piedad por ellos y se lanzó hacia la superficie destrozando la vegetación alrededor.

—Bokkja es malo para el aterrizaje—simplemente comentó el rubiecito de pequitas—todos somos malos en algo.

Hyunjin se bajó del dragón con la mano en el pecho y la piel tan pálida como la leche recién ordeñada.—ojalá pudiéramos enseñarle—lamentó haciendo reír al príncipe.

Antes de que pudiera seguir diciendo algo más, la atención de Hyunjin fue robada por el bosque al cual Bokkja los había llevado, era un campo de dientes de león, todo amarillo como si el sol hubiese explotado en el cielo y pequeñas partes de él se hubieran dispersado sobre la tierra.

—¿Irás a buscar algo para comer?—Felix le preguntó a su dragón, el rubiecito le acarició como normalmente lo hacía y Bokkja no demoró en irse por su propia cuenta.

Hyunjin dejó de ver los dientes de león y posó su vista en el príncipe—¿No te preocupa que no regrese?

—¿Por qué no lo haría?—la confusión en el rostro de Felix lo tomó por sorpresa.

Nunca lo había pensado así, no sabía que Felix consideraba a sus dragones tan o más leales que a su propia familia.

Pero cada vez que Felix habría la boca siempre lo impresionaba incluso más que volar los cielos—¿Creés que Bokkja me abandonaría aquí? Los dragones no saben de las condiciones humanas—el príncipe dijo mientras se dirigía hacia el mar de dientes de león—hemos sido criados juntos, nos identificamos como iguales, aunque no lo seamos, yo soy un humano y por sobre todo; un príncipe—el chico se recostó entre las pequeñas flores y Hyunjin lo siguió—pero él no lo sabe, no sabe qué significa que  yo sea humano, mucho menos sabe sobre estatus.

—es un animal—susurró tomando asiento a su lado, observando como el color amarillo  de los dientes de león se veía aún más fuerte porque los cabellos dorados de su príncipe eran delicados y armoniosos.

—eso lo hace mejor que un hombre—Felix lo miró a los ojos y Hyunjin se perdió en el tono canela de su mirada—somos pares para él, pero distingue la diferencia entre nuestras fisionomías, soy débil, él es fuerte, por el único motivo que él me abandonaría aquí sería para protegerme de lo que no me puede defender.

El chico de cabellos oscuros y cortos asintió, volvió su vista a las florecillas— no termino de comprender cómo es que los Lee crecieron con dragones.

Felix rio bajito, revolcándose entre las flores amarillas—pues viene de hace tiempo, la historia está escrita, pero los escritos mienten—admitió—asi que nunca podríamos deducir si es cierto o no, pero mi padre dice que los Lee eran salvajes y cazaban en el mismo territorio de los dragones.—desordenado sobre el césped y las flores, el príncipe miró con ilusión hacia el cielo—si puedes llamar cazar a comerte sus sobras, los primeros Lee no eran civilizados como los Hwang.

Antes la mención de su apellido, Hyunjin quedó un poco inquieto, su casa había prevalecido algún tiempo en el pasado, pero no siguió el ritmo del mercado y la política, por lo que ahora no era más que un cementerio de ruinas, el último hombre era él y no dejaría herederos con su apellido.

—podría decirse que éramos como animales pequeños, torpes e ingenuos, mi padre dice—enfatizó el rubiecito—que los dragones nos refugiaron entre sus nidos durante la peor tormenta de la tierra, para entonces murieron muchos dragones así que como muchos humanos, nos volvimos amigos y más tarde aliados.

—¿La amistad viene antes que la alianza?—preguntó curioso.

Felix le dedicó una sonrisa de primavera, cálida como los rayos de sol que bañaban su piel—no puedes volverte amigo de un aliado, un aliado es solo un conocido que te beneficia casualmente, un amigo es un lazo de lealtad.

—no tengo más amigos además de ti—susurró Hyunjin mientras arrancaba algunos dientes de león.

La risita del príncipe le hizo cosquillas—yo tampoco tengo más amigos además de ti.

—¿Y los dragones?

—son parte de mi familia, Hyunjin ¿Sabes qué es lo que diferenciaba a un Lee de su dragón?—Felix se incorporó y se arrastró para llegar más cerca suyo, él le miró a los ojos.

—es una pregunta difícil, si fuera de los humanos en general podría decir que el sistema, pero si es de un Lee...

Felix le acarició suavemente el cabello corto, al principe le gustaba el roce de sus yemas con las hebras finas, cada vez que lo acariciaba así, Hyunjin no podía evitar ruborizarse.—las letras, los Lee son buenos con las palabras, la filosofía es el fuerte de nuestra casa y de nuestras políticas, nos diferenciamos de nuestros dragones en ese aspecto y los apreciamos por ello, sabemos con certeza que ellos no son herramientas para luchar y ellos saben que nosotros tampoco lo somos, pero nos protegemos de manera mutua desde que nos unimos.

Hyunjin jugó con las flores que arrancó, pero se atrevió a decir algo quizás desubicado—no estoy de acuerdo.

Sus palabras hicieron que el rubiecito parpadeara repetidas veces—¿Por qué?

—los escritos dicen que el primer arte del hombre son sus herramientas, con las cuales se inserta a la vida humana y construye sus leyes, eres un Lee y tienes un dragón, conquistaron las tierras con o junto a ellos, no importa, el único que maneja a los dragones eres tú, son tu herramienta.—La expresión del príncipe se mantuvo neutra, Hyunjin temió que se enfadara.

Pero la tristeza en sus ojos fue contrario a lo que esperó—en la historia de la familia se dice que los Lee se disfrazaron con las cabezas de los dragones que cazaron y los manipularon, los redujeron a gigantes mascotas de guerra, sin embargo, la historia de mi padre es mejor ¿No lo crees? ¿O crees que por nuestra empatía es que los estamos perdiendo? Ellos no tienen un instinto de supervivencia para reproducirse y luchar, entonces mueren, y nosotros débiles de mente y corazón, moriremos con ellos.

Bokkja regresó aterrizando con torpeza, Hyunjin consideró esto un rasgo de su nulo instinto de independencia.

Tal vez los dragones necesitaban un líder y no estaba entre los príncipes corteses y amorosos que el rey había criado.

Nota: 👀 k tal