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El cumpleaños de Felix justo caía en el comienzo del otoño, los árboles a los alrededores estaban empezando a despintarse. Las puertas del castillo se cerraron por orden del rey, la servidumbre se redujo por los pasillos desde que Mark y Lydia se habían ido, y si habían rumores de que la familia Lee se había vuelto más reservada, entonces pasaban por desapercibidos.

Hyunjin espero a que el reloj diera las doce de la noche y salió de su habitación como habitualmente lo hacía, cada año desde que se había vuelto guardia de Felix, siempre en su cumpleaños era el primero en felicitarlo.

Tocó suavemente la puerta de la habitación del príncipe e ingresó con cuidado, Felix estaba en la cama, la linterna de papel sobre su mesita de luz iluminaba levemente el cuarto.

—te estaba esperando—susurró el príncipe.

Hyunjin sonrió y se sentó el borde de la cama—feliz cumpleaños, príncipe—dijo mientras le entregaba su pequeño obsequio, estaba envuelto en una delicada tela blanca.

Felix sonrió y lo tomó de inmediato, él abrió la tela y en el centro encontró un anillo blanco y transparente. Hyunjin lo tomó con cuidado el pequeño accesorio y rápidamente el príncipe extendió su mano para que el guardia pudiera colocarlo en su dedo.

Escogió el dedo anular y tomó la oportunidad—ahora que eres mayor—Hyunjin le miró a los ojos—¿Quieres pasar el resto de tu vida conmigo? Te amare y protegeré por el resto de mi vida.

La sonrisa del rubiecito se extendió, él asintió mientras admiraba su bonito anillo—quiero pasar el resto de mi vida contigo, Hyunjin, está vida y todas las vidas que pueda llegar a existir, pero ¿Solo yo usaré un anillo?—preguntó un poco triste.

Hyunjin sonrió divertido y buscó entre sus bolsillos hasta que encontró un anillo negro y transparente del mismo acrílico que estaba hecho el de Felix, se lo entregó y el príncipe no demoró en colocarle el anillo.

Él dijo—ahora eres mío, Hyunjin.

—siempre he sido tuyo—respondió el guardia.

Los otoños están destinados a ser un poco fríos, pero no lo suficiente como para ocasionar una guerra.

Para eso está el invierno.

Hyunjin se quedó a dormir con Felix, el príncipe se acurrucó entre sus brazos y lo mantuvo cálido por el resto de la noche.

A la mañana siguiente, antes de que el sol empezará a filtrarse por la ventana, Hyunjin se levantó con dificultad y le dejó un beso en la frente antes de retirarse.

Se dirigió a su propio cuarto y se bañó, cambió sus ropas y se preparó para empezar a ayudar a la servidumbre con las decoraciones para el cumpleaños del príncipe.

El rey ya estaba ordenando cómo debían acomodarse las flores en el salón y Hyunjin vio una pila de regalos que, seguramente, el rey había estado comprando para su hijo en los últimos meses. Los cumpleaños de los hijos del rey siempre eran un gran acontecimiento para él, les daba todo lo que tenía e incluso más.

—Hyunjin, estás aquí—el rey dijo mientras señalaba hacia la cocina—ve a fijarte si ya tienen listo el desayuno, que ya lo sirvan, los niños están por bajar —murmuró.

No pudo evitar sonreír al oírlo llamarlo "niños".

Al cabo de un rato los príncipes empezaron a aparecer, la princesa Sooyoung sostenía una gran bolsa de tela que llamó la atención de Hyunjin, ella dijo—me tomó algún tiempo encontrarlo.

—¿Qué es?—preguntó curioso.

La princesa sonrió y le susurró al oído—es un huevo de dragón.

Can't catch me now hyunlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora