7.

422 92 32
                                    

Después de que Lydia se fue, el castillo se oyó más silencioso. La princesa Sooyoung se veía notoriamente afectada por la ausencia de su más íntima confidente mientras que el príncipe Felix se veía triste por la pérdida de los hermanos con los que más pasaba el tiempo. El príncipe Johnny parecía melancólico al respecto, pero tenía muchas ocupaciones como para centrarse en el dolor.

Era extraño ver a la familia real reducirse, los asientos vacíos se notaban cada noche que se reunían a cenar y aunque las celebraciones de las bodas habían sido alegres y llenas de felicidad, lo cierto es que luego de que se dieran, no habían traído sonrisa a quienes se quedaban atrás.

Hyunjin cenaba todas las noches con los Lee, oía las conversaciones banales que tenían así como a veces oía sobre opiniones políticas en las cuales quizás no debería participar.

—ya ha pasado un tiempo desde que tienes a Manchado, Hyunjin—el rey mencionó mientras bebía de un refresco, había decidido dejar el vino por motivos de salud—¿Cuándo intentarás montar a Daewi?

—no es que él no esté intentando—rio Sooyoung—es que Daewi sabe sus intenciones y se aleja de él.

El príncipe Felix también rio—han estado juzgando a la mancha, pero Hyunjin nunca puede alcanzarlo.

Algo avergonzado, el guardia se limpio las comisuras de los labios—seguiré intentando—murmuró ruborizado.

—en dos años ha logrado montar a casi todos los dragones, solo le quedan Daewi, Jakob y Caracal, considero que Hyunjin está yendo muy bien—comentó Johnny—le daré mi voto de confianza con Daewi.

Hyunjin ya había cumplido la mayoría de edad justo en la primavera, la servidumbre del castillo normalmente no tiene una celebración, pero Hyunjin la tuvo con la pequeña familia real. El príncipe Felix ordenó que hicieran un pequeño pastel de frutillas y crema para él, también hubo una cena ostentosa, una deliciosa carne a la miel con verduras caramelizadas.

El rey le dió un obsequio.

Pero Hyunjin no sabía qué era, recibió una pequeña bolsita de terciopelo que en su contenido tenía una llave gris.

—si la mantienes a salvo podría ser tu mayor aliado—él dijo.

—¿Qué es?—preguntó sintiéndose confundido.

—es una llave—respondió sin gracia.

—eso puedo verlo—aseguró Hyunjin—pero ¿Qué es lo que abre?

—cuando Felix cumpla la mayoría de edad lo sabrás.—el rey le tocó el hombre y le dedicó una sonrisa.

Por las noches Hyunjin tomaba la llave y la observaba, no era especial en ningún sentido, era solo una llave ordinaria, pero se preguntó qué podría abrir.

Quizás una habitación especial en el castillo ¿Tal vez era una llave maestra? Intentó probarla en su propia puerta, pero no funcionó.

No sabía qué es lo que abriría aquella llave que el mismo rey le había obsequiado, pero Hyunjin decidió hacerle un collar y llevarla en su cuello, no la dejaría al alcance de nadie ni nunca la perdería de vista. Se había convertido en un amuleto que los unía a él y a Felix.

—¿Tu sabes qué es lo que abre?—le preguntó en una ocasión cuando estaban alistándose para llevar a los dragones a dar una vuelta.

Felix le dedicó una sonrisita traviesa—lo sé.

—¿Puedes decirme?—insistió de manera caprichosa.

—no, no puedo hasta que cumpla la mayoría de edad, pero no es gran cosa debo admitir—él murmuró mientras se subía a Bokkja.

Can't catch me now hyunlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora