Can't catch me now hyunlix

26

El primer añito de Kikito seria celebrado en privado, pero habrá un momento en donde Hyunjin lo llevará al balcón para que los plebeyos puedan verlo y dejarle sus buenos deseos, los cuales serán muchos porque el invierno ha pasado y con la coronación de Hyunjin y Felix se evitó una guerra mayor, y sobre todo, la economía se estabilizó, se esperaba incluso una buena cosecha por los siguientes meses. 

—mami—Kikito dice mientras sostiene un dragón de madera.

—¿quieres decirme algo, Kiki?—Felix se inclina a su altura, allí donde Kikito esta apoyado en uno de los bancos aterciopelados. 

—rawr —balbucea un adorable gruñido que ha escuchado de Manchado cuando se enfada, aquello hace reír al príncipe—rawr, rawr, rawr —repite riendo tiernamente. 

Felix acaricia su cabello oscuro que esta empezando a crecer, normalmente todos los de la nobleza tienen el cabello largo, pero Hyunjin no ha querido dejárselo crecer desde que se lo cortaron al llegar al castillo. Ha considerado que Kikito tampoco lo lleve largo, eso haría más notaria su diferencia con los demás Lee. 

La puerta es golpeada con suavidad y Felix se acerca para revisar quién puede ser, se encuentra allí a lord Minseok, él sostiene una pequeña cajita—buen día, mi rey ¿cómo ha amanecido?

—bien, Kikito se ha despertado directo a jugar—susurró permitiéndole entrar. 

Su bebé había vuelto a sentarse en la alfombra y estaba jugando con sus muñecos de madera, Minseok le miró con dulzura—es increíble que ya tenga un año ¿cómo te sientes al respecto?

—como que el tiempo está pasando demasiado rapido—Felix se puso de rodillas junto a Kikito, acaricio su mejilla y el niño le miró. 

Tenía los mismos ojitos finos de Hyunjin —leche—él dijo, haciéndolo reír. 

—bien, antes de que tomes el desayuno—rio lord Minseok entregándole la cajita que traía—Feliz cumpleaños, Kikito.

Los ojitos del niño brillaron, tomó la cajita con cuidado y desató el nudo con facilidad—¿que?—él balbuceo, quizás intentando saber qué era lo que le habían traído. 

—di "gracias", Kikito—pidió el príncipe mientras miraba a su hijo. 

El niño asintió y murmuró una especie de gracias difícil de entender, todavía no estaba bien incluido a su vocabulario. Kikito abrió la caja y allí encontró un pequeño huevo de dragón, Felix amplió sus ojos y rápidamente miró a lord Minseok. 

—¿qué es esto?—preguntó tomando el huevo de las manos de su hijo—¿dónde lo has encontrado?

—no es real—lord Minseok murmuró curioso—lo compré en mi viaje hacia el desierto hace un mes, lo encontré en una vieja tienda de antigüedades, tenían tres de ellos, le traje uno a Kikito y los otros dos los compré para mis hijos, pero no les interesaron así que los guardé en mi despacho. 

—es real, lord Minseok —Felix dijo sin ningún titubeo, él tenía el ceño fruncido—estos huevos pequeños son de dragones extintos hace generaciones—él aseguró sosteniendo la pequeña piedra verde—¿quién era el mercader? los huevos de dragones no deben venderse ni estar en manos inapropiadas—el príncipe trago saliva y lord Minseok se vio preocupado. 

—el mercader era un hombre viejo, me dijo que no eran reales, que los encontró en el mar cuando pescaba con la red, creyó que podían ser reales y los mantuvo al fuego mucho tiempo, pero terminó por decidir que simplemente eran piezas artesanales que imitaban a los reales. 

—los dragones no nacerán por el calor simplemente—Felix murmuró pensando en Nieve—esta repentina aparición de huevos—el huevo que su hermana le había regalado continuaba resguardado en un nido en la habitación—se está marcando una nueva generación y no es una herencia, son nuevos. —susurró más para sí mismo.