28

132 21 0
                                    

CHANYEOL

—Papi, ¿puedo ir? ¿Por favor?

SeHun gimió como si se estuviera muriendo y se revolvió en la cama. Estaba metido en un libro con demasiadas palabras grandes para que yo pudiera entenderlas. Por supuesto, había intentado explicármelo, pero yo seguía perdido. Aunque asentí con la cabeza y dije las cosas correctas en los momentos adecuados. Eso lo hacía feliz.

Me encanta su sonrisa.

Sacudiendo su brazo, le devolví el gruñido.

—¿Por favor? ¿No quieres que tenga esto?

—Cuando te pregunté qué querías hacer, no pensé que pelear fuera la respuesta—, gruñó. —¿No puedes encontrar un pasatiempo normal?

Resoplé. Él era quien había dicho que se había dado cuenta de que no hacía nada por mí mismo. Claro, me gustaban las películas y los atracones de series de televisión tanto como a cual, pero lo que realmente quería hacer era luchar. JongIn me había estado entrenando en MMA durante un tiempo y yo sólo lo había dejado para poder centrarme en el trabajo. Pero ahora que estaba pasando tiempo conmigo mismo me estaba dando cuenta de lo mucho que había reprimido para cuidar de mi familia.

Estaba preparado para empezar a ser yo.

—Bien—, dije mientras me tumbaba y me alejaba de él. —Olvídalo.

Escondí mi sonrisa en la almohada cuando le oí moverse en la cama. El aroma de su lavado corporal me llenó la nariz cuando me rodeó con un brazo y me empujó contra él. SeHun gruñó, ese sonido primario despertó mi polla.

—No te alejes de mí con esa actitud—, espetó. —Date la vuelta.

—No —, resoplé. —Vete a la mierda.

Me preparé y, efectivamente, SeHun me agarró y me inmovilizó en la cama. Se subió encima de mí, olvidando su libro mientras se sentaba a horcajadas sobre mi cuerpo y me miraba fijamente. Lo miré fijamente, fingiendo inocencia mientras me mordía el labio. Tenía un aspecto salvaje cuando estaba encima de mí, como si fuera a morderme y marcarme por completo. Y eso me encantaba.

—Papi, por favor—, le rogué, haciendo mi voz más suave ya que siempre lo cansaba. —Quiero entrenar y luchar. Es lo único que se me da bien y disfruto. ¿No puedo ir?

—Ese tipo va a estar allí—, espetó, apartando la mirada de mí. —¿Cómo se llama?

—JongIn—, dije suavemente, retorciéndome cuando sus manos apretaron mis muñecas. —No es así y lo sabes. Es un amigo igual que MinSeok. Te gusta MinSeok—, señalé.

Había conocido a MinSeok una vez y consideraba que no era una amenaza. Probablemente porque si bien MinSeok era salvaje y alocado, tenía un papi que lo mantenía con correa corta para que no se metiera en problemas. A SeHun le gustaba eso de ellos y me permitía pasar el rato con él. ¿Pero JongIn? Esa era otra historia.

—¿Por qué no te gusta?— le pregunté.

—Te ha tocado—, gruñó. —Nadie le dijo que te pusiera sus asquerosas manos encima.

Suspiré. —La gente normal toca a otra gente—, dije con suavidad. —Es humano.

—Supongo que no soy humano entonces porque no quiero que toques a nadie.

Sí, ése era mi papi. Intenté soltarme, pero aparentemente no estaba de humor para dejarme ir esta noche. Me rendí y me recosté contra la almohada mientras lo miraba.

—Yo tampoco quiero tocar a nadie—, le aseguré. —Pero tengo que tocar a la gente cuando peleo.

—¡Eres mío!—, gruñó.

𝐁𝐫𝐞𝐚𝐤 𝐦𝐞 𝐝𝐚𝐝𝐝𝐲 || 𝑺𝒆𝒀𝒆𝒐𝒍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora