La relación entre Naruto y Sasuke, en esta temporada, fue decayendo. Las cosas ya no son iguales como al comienzo. Ya no existe ese Naruto de ojos salvajes y arrogantes... En cambio, ahora sus ojos se mostraban sumisos y vulnerables.
¿Ustedes han notado ese cambio?
Después de haber cocinado las galletas y haber dormido una buena siesta, los dos románticos despertaron.
―Mmm, todavía sigue ese rico aroma a galletas recién horneadas... ―sonrío el rubio con sus ojos iluminados.
―¿Tienes hambre? Porque yo si... Además, ya es la hora del té... ―dijo Sasuke con entusiasmó... Raro, ¿verdad?
―Si, vamos.
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Ya en el comedor, los dos degustaron de las ricas galletas. Eran muy buenas.
―Mmm, esto esta muy rico Sasuke... ―degustó el menor.
―¿Verdad que si, dobe? Esta vez si me salieron suaves.
―Si... Aunque... Me estoy empezando a sentir un poco mareado, creo que mucha azúcar no soporta mi cuerpo, je ―el rubio río con nervios. Se sentía muy mal.
―¿En serio? Entonces ven... Te acompaño a tu cuarto, cariño.
―Okey...
Los dos tomaron camino al cuarto del menor.
Ya en la habitación, Sasuke arropó al niño y le canto una pequeña canción de cuna para que se relajará.
―Bien bebe, ya me voy, descansa...
Se despidió dandole un tierno beso en sus labios y se fue.
Lo que Naruto no sabía es que en realidad no se sentía mal por la cantidad de azúcar que contenían las galletas, sino que todo había sido un plan de Sasuke para que el omega cayera en un sueño muy profundo.
Sasuke no había olvidado el incidente de la mañana. Y no se iba a quedar de brazos cruzados. Si era necesario, castigaría de la manera mas cruel posible al menor, solo para que no vuelva a desobedecerle.
―Jm, mi plan salió a la perfección, ahora... A esperar...
{...}
Sasuke había estado esperando a que Naruto cayera en los brazos eternos de morfeo. Y cuando lo hizo, se adentro al cuarto, sin hacer ningún tipo de ruido.
―Lindo angelito...
El pelinegro destapó por completó al menor, dejando su adorable e indefenso cuerpo a la vista.
Luego le quito sus pantalones de pijama, dejándolo completamente desnudo de la parte de abajo.
―No te preocupes, cariño, no te dolerá...