🍲¦capítulo 37

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Luego de unos días más, Jimin y Jungkook habían sido dado de alta, cada quien tomo su camino, Jimin a casa de su padre, y Jungkook a su propia casa.

La cuál, ya no era como antes,  vacía, silenciosa, oscura, fría, así la sentía Jungkook con la partida del omega.

La primera semana fue difícil para él, no había asistido al restaurante, causando un gran revuelo en las redes sociales, con la prensa preguntando por el famoso Chef Jeon Jungkook. Habían quienes que se paseaban por la casa de Jungkook esperando ver algo, o ver al alfa. Incluso a sus padres les habían preguntado por su estado, ya que, al parecer una persona le había visto el día que ingreso a la Hospital.

Pero Jungkook no tenía mente para eso, Jimin le había dicho que no lo iba a abandonar, qué él estaría en la vida del cachorro y en todo su embarazo. Pero, no contestaba mensajes, no había venido a verle.

Y sabía por su madre que el omega ya se encontraba mejor, más saludable y que su rostro ahora se miraba mejor. El brillo en sus ojos había vuelto.

Y agradecía a la diosa luna por darle salud a su omega y cachorro. Pero había algo que le estaba matando a él. Jungkook necesitaba de su omega, y es que quizás se merecía la lejanía de su omega, había sido un completo estúpido y no culpaba a Jimin si había decidido ya no verlo o inclusive olvidarlo, total, estaba en su derecho.

Y Jungkook quería recuperarse, por su omega y por su cachorro, pero la distancia de este y el posible rechazó le estaba matando.

Su madre siempre estaba con él, ayudándole a moverse, a comer y tomarse sus medicamentos. Su alfa, día a día le decía que fuera donde su omega, y Jungkook lo intentaba, pero se sentía tan débil para hacerlo.

Y su madre no podía con el dolor que sentía al verlo, porque la situación de Jungkook era peor que cuando estuvo con Mina.

Y le preocupaba, por nunca había visto a su hijo de esa manera, ella ya no podía ver a su hijo así.

La señora Jeon se bajó del coche frente a una linda casa muy hogareña, algo alejada de cuidado, donde habían muchos árboles, a simple vista se miraba que una vida en esos lugares era una maravilla.

Su chófer espero y ella se encaminó hacia la puerta para poder tocar.

Y lo hizo, esperando unos momentos para que alguien le abriera, y para su suerte, Jimin lo hizo.

— Señora Jeon, buenos días.

— Buenos días querido.

— Adelante. — Jimin le dio el paso a la omega y esta se adentro a la casa. — ¿A que se debe su visita?

Con señas la invito a sentarse al sofá.

— ¿Quiere algo de tomar?

— No Jimin, gracias. Disculpa que venga sin avisar, pero... Lo que he venido a hablar contigo no podía esperar más.

Jimin se acomodo mejor en su asiento,

— Pero antes, ¿como haz estado, todo bien con mi nieto? —le pregunto sonriendo

— Sí, he tomado mis vitaminas y ahora como más,

— Eso es bueno, debes tener un cachorro fuerte. Me alegro por ti Jimin, te noto más mejor.

CHEF'S🍲KOOKMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora