Capítulo 15: Ódiame (Especial, mitad de temporada)

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Después de la videollamada que Vox realizó a sus artistas, dejó su teléfono en el escritorio, y volteó su silla hacia la ventana de su oficina, satisfecho de lo que había hecho. Observó cómo el sol se asomaba entre las nubes, como un rayo de esperanza para el camino que iba a tomar. Se había convencido de regresar con Alastor, después de todo, él no había tenido negativas con su contacto o convivencia, le daba un buen augurio. Sus pensamientos se vieron interrumpidos por un fuerte olor a cigarro que lo hizo toser inmediatamente, regresó su mirada al frente y vio a Valentino, recargado en la puerta.


— Ya sabes que no puedes fumar aquí —le reclamó mientras se levantaba para abrir una venta y así dejar circular el aire.


— Y tú sabes que con los ex no se regresa —Le reclamó sin dejar de exhalar humo por la boca— pero, también te vale madres.


— No tengo idea de que hablas —Vox desvió la mirada, sin flaquear en su postura recta y soberbia.


— No me tomes por idiota, Víctor —Valentino apagó su cigarro en la puerta, gurdo la colilla en un pedazo de papel, en su bolsillo, avanzó hasta donde estaba Vox y se detuvo frente a él— Sé que tiene intenciones de volver con Alastor.


— ¿Y si fuera así? ¿A ti qué te importa? —respondió a la defensiva. En el fondo se sintió mal, Valentino había estado ahí en sus peores momentos, pero odiaba ser tratado cómo un niño mimado.


— Bueno, sería grave si uno de nuestros managers se enferma de nuevo por hanahaki —amenazó inclinado su cuerpo hacia el frente, haciendo temblar a Vox— Sabes que tendríamos que podar plantas si fuese así.


Vox se alejó de Valentino, evitando su acorralamiento. Dio unos pasos al frente mientras de se acomodaba su cabello hacia atrás, continuó hablando dándole la espalda a su amigo.


— No tienes que preocuparte, lo tengo bajo control —aclaró su garganta— Esta vez, será diferente.


— Diferente a cuando te dejó plantado en la feria, o cuando no llegó a tiempo a la cena con tus padres —Valentino volvió a caminar hasta Vox, tomándolo por la cintura y recargando su cabeza en el hombro de su amigo— cuando no quiso tomar clases de baile contigo, o cuando evito todas tus llamadas en un día porque, según él, lo estabas asfixiando —se acercó para susurrarle al oído—Seguro que sí, será diferente.


— Alastor no es el mismo ahora —dijo aun viendo hacia el frente, dudando por lo que Valentino le recordaba— en estos dos meses lo he podido comprobar, lo tendré de vuelta sin importar qué.


Valentino suspiró decepcionado, soltó a Vox, dejándolo ir, y se sentó en el sillón de la sala mientras tanteaba entre sus bolsillos para sacar su caja de cigarros.


— No te vas a detener, aunque Velvet y yo no estemos de acuerdo, ¿Verdad? —Volvió a sacar otro cigarro de su cajetilla y buscó su encendedor en los bolsillos de su camisa.


— Ya sabes cómo soy —Vox se hincó frente a Val y prendió su cigarro con su propio encendedor. Valentino se acercó para facilitarle la tarea— Siempre consigo lo que quiero.

Dueto de Flores || Appleradio AU HanahakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora