«la mente humana, tan frágil, tan maleable. Es capaz de transformar al depredador en una presa débil. Capaz de destruir cualquier rastro del ser en un simple saco de obediencia absoluta»
NUEVA YORK 1950
DANZEL GALLAGHER
Esa mañana, me preparé con una meticulosidad casi ritual. Cada movimiento era preciso, calculado, como los engranajes de un reloj. El traje gris que elegí no era solo una prenda —era una armadura, cuidadosamente seleccionada para el momento que había estado anticipando durante años. Me detuve frente al espejo, estudiando cada detalle de mi rostro recién afeitado. Quería que Alex viera el poder que ahora ejercía, que entendiera que ya no era el mismo hombre débil que había conocido.
El edificio del FBI se alzaba como una fortaleza de concreto y acero, pero para mí era un palacio donde por fin tendría mi corona - Alex. Al verlo por primera vez después de tanto tiempo, sentí que el aire se volvía denso, casi irrespirable. Estaba más delgado, con ojeras profundas bajo sus ojos, pero seguía siendo perfecto. Su acento británico, aunque quebrado por el miedo, resonaba en mis oídos como una sinfonía que había estado esperando escuchar.
Con un simple gesto de mi mano, mis hombres lo escoltaron hacia mi oficina. Observé su forma encadenada con una satisfacción que me provocó náuseas de placer. Cada paso que daba alejándose era una tortura - necesitaba tenerlo cerca, necesitaba poseer cada átomo de su existencia.
Cuando entré en la oficina, el humo de mi habano creaba espirales en el aire, como los pensamientos obsesivos que danzaban en mi mente. Alex estaba sentado, sus ojos brillando con un desafío que solo conseguía alimentar mi obsesión. Su presencia llenaba la habitación de una manera que hacía que todo lo demás pareciera insignificante.
"¿Te han tratado bien? ¿Algo que pueda ofrecerte?", pregunté con una falsa cordialidad que enmascaraba la tormenta en mi interior. El humo que exhalé formó un halo alrededor de su cabeza, como una corona de niebla tóxica.
"¿Además de mi libertad?", respondió con ese sarcasmo que me hacía querer romperlo y reconstruirlo a mi imagen. Su acento británico era como cuchillas sobre mi piel, doloroso y placentero al mismo tiempo.
Extraje el anillo de su caja de terciopelo, observándolo brillar bajo la luz artificial. Era más que una joya - era un grillete disfrazado de promesa. "¿Sabes lo que es esto, Alex?"
Su respuesta fue predecible, cargada de desprecio y repulsión. "¿Acaso importa? Dudo que alguien quiera usar algo tuyo."
Me levanté lentamente, saboreando cada momento. "En la universidad, era invisible", comencé, mi voz cargada de una calma peligrosa. "Pero tú... tú me viste. Y luego decidiste destruirme."
Me acerqué tanto que podía sentir su miedo. El temblor en sus pupilas me recordaba a todas esas veces que lo seguía desde las sombras, catalogando cada uno de sus movimientos como si fueran piezas de una colección preciada.
"He seguido cada paso de tu vida, Alexander. Cada respiro que has dado ha sido registrado, catalogado, archivado en mi mente. No hay un solo detalle de tu existencia que no conozca."
Me acerqué tanto a él que podía oler el hedor de su sangre seca, sudor y lágrimas. Sus ojos se clavaron en los míos, una mezcla de terror y... ¿Desesperación?
"¿Sabes? Los domingos son mis favoritos," susurré cerca de su oído. "Esa librería de literatura política al norte... pasas horas allí, de 2:00 a 6:30 PM. Se que te pierdes entre los pasillos, acariciando los lomos de los libros con tus dedos largos. Siempre te detienes más tiempo en la sección de teoría política moderna."
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OBSESIÓN (vol.1)
Детектив / ТриллерEn la sociedad reprimida y prejuiciosa de la década de 1950, Danzel, un agente del FBI, se obsesiona con Alex, su antiguo amor universitario. Tras años de búsqueda, Danzel logra encontrar a Alex y, aprovechando su posición de poder, lo chantajea par...