OBSESIÓN (vol.1)

capítulo 5

Chicago 1950

Danzel Gallagher
Después de los acontecimientos en la reunión, decido tomar un paseo por las calles de Chicago, permitiendo que el aire frío de la mañana despeje mi mente. La sonrisa de satisfacción apenas puede contenerse en mis labios mientras repaso mentalmente cada detalle del plan que está a punto de ponerse en marcha.

Las cartas de Inglaterra interceptadas, las visitas documentadas a esa librería de literatura política, sus conexiones con casos de derechos civiles... todas las piezas encajan perfectamente en el rompecabezas que he diseñado. Cada elemento ha sido cuidadosamente manipulado para construir la imagen de un abogado aparentemente respetable con conexiones subversivas.

Mis informantes me confirman que Alex ya está en su despacho en el Loop, trabajando sin sospechar que hoy su vida dará un giro dramático. He seleccionado personalmente al agente Matthews para esta primera fase: un hombre discreto con el talento necesario para parecer completamente inofensivo. Lo he entrenado meticulosamente durante semanas para este momento.

Matthews llegará a la prestigiosa firma de abogados con un sobre manila aparentemente inocuo que requiere la firma personal de Alex. Dentro, documentos cuidadosamente falsificados que establecen conexiones entre él y supuestas células comunistas en Inglaterra. La trampa está preparada con precisión quirúrgica.

Desde mi posición estratégica en un café al otro lado de la calle, observaré cómo se desarrolla esta primera fase. Aún no es momento de revelar mi presencia; ese encuentro requiere una preparación especial. Después de todo, han pasado diez años y quiero que Alex me vea en mi mejor momento, cuando esté más vulnerable, cuando comprenda que su única salvación soy yo.

El sobre que Matthews entregará no solo contiene las pruebas falsificadas; también incluye una citación oficial del FBI para un interrogatorio preliminar. Es el primer paso oficial en la investigación que yo mismo supervisaré. La ironía de la situación me produce un placer casi físico: seré yo quien dirija el interrogatorio que podría destruir su vida... o salvarla, si decide aceptar mi propuesta.

Los documentos están diseñados para crear una red de evidencia circunstancial pero convincente: registros bancarios alterados que muestran transferencias sospechosas, fotografías cuidadosamente editadas que lo sitúan en reuniones con supuestos agentes soviéticos, declaraciones juradas de "testigos" que han sido generosamente compensados por su cooperación.

Y por supuesto, la joya de la corona: las cartas interceptadas de Inglaterra, manipuladas para sugerir un código oculto en comunicación con agentes extranjeros. La próxima visita de su hermano será la cereza del pastel, una presión adicional que podré usar en el momento preciso.

Observo mi reloj: las 10:15 AM. Matthews debe estar llegando a la recepción de la firma en este momento. Me acomodo en mi asiento mientras el camarero rellena mi taza de café. Desde aquí tengo una vista perfecta de la entrada principal del edificio. Pronto, muy pronto, el mundo ordenado y respetable de Alex comenzará a desmoronarse, y yo estaré aquí para presenciar cada momento.

La anticipación hace que mi pulso se acelere. Este es solo el principio, el primer movimiento en una partida de ajedrez que he estado planeando durante una década. Y cuando finalmente nos encontremos cara a cara en la sala de interrogatorios del FBI, cuando vea el miedo y la desesperación en sus ojos, le ofreceré la única salida posible: mi amor incondicional a cambio de su libertad.

Una sonrisa se dibuja en mis labios mientras imagino el momento. Todo está saliendo exactamente según lo planeado, y esta vez, Alex no tendrá más remedio que ser mío.

El operativo se despliega con la precisión de una telaraña, cada hilo tejido meticulosamente durante meses. Desde mi posición privilegiada tras el cristal polarizado, observo cómo mis agentes irrumpen en la oficina. Sus movimientos, estudiados hasta el hartazgo, simulan la brutalidad del FBI mientras rodean a Alex. La acusación resuena como un disparo en el silencio de la mañana: "Actividades antiamericanas. Simpatizante comunista."