Luna de miel

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Años de relación destruidos en cuestión de segundos, la idea de terminar con Paul era hacerlo sutil, pero no así, carajo, así no.

Cuando puedo levantarme, aún siento en la cara el calor de la mano de Paul y en mi estómago siento aún su pie compactando... Cuando abro el teléfono, tengo demasiadas llamadas y mensajes, la mayoría son de Nicholas y Kathe <<Mierda>> Aún con lágrimas tapándome la visión, logro marcar el número de Nicholas, pero nada. Luego de veinte minutos, solamente decido caminar yo.

La calle está sola, así que intento irme lo más rápido que puedo, pero unas pisadas detrás de mí empiezan a alertarme y mientras mas camino, mas duele mi estomago, así que solo cambio de ruta.

Los árboles suenan a la medida en la que el viento los sacude y juro que no estoy loca, tras de mí escucho pisadas, pero cuando volteo no hay nadie.

El hotel debe quedar como a 20 minutos del restaurante y llevo caminando unos 10. Así que como puedo voy agrandando mis pasos hasta que una camioneta negra se posa frente a mí. ¡Mierda!

– Ahora, si no te me escapas — «»No, no, no». Este mismo sujeto estaba el día del atentado.

Mi instinto de supervivencia solo me dice que corra. Así que como puedo, uso la táctica básica de supervivencia y le empujo el arma hacia atrás, lo que me da ventaja para correr. Es en vano, ya que apenas corro, varias armas chocan a medida que corro, pero gracias a Dios ninguna logra rozarme.

—Abajo — Corro, corro rápido hasta llegar al punto de que no me importa mi respiración, sé que llegar a manos de las mafias, mi vida se va al carajo.

Corro tanto, que me salgo del perímetro de este pueblo y llego a un tipo de bosque solitario. El ruido de las camionetas buscándome se vuelve atroz, así que solamente voy caminando por el bosque llegando al final del él... Poco a poco, voy viendo la manera de llegar al hotel y tal como lo esperaba. Varias camionetas y personas sospechosas lo rodean.

Conforme voy recordando, logro llegar a la puerta de emergencia que está en la parte de atrás, pero al hacer esto, el cansancio logra derribarme dejándome tirada en el suelo.

Pasan horas, minutos, segundos no lo se... No es hasta que cae en mi pierna, que me doy cuenta de que las lágrimas empezaron a salir de mis ojos, pero en cuanto soy consciente de eso, solo me quiebro a llorar con toda la sobrecarga que he llevado en mí... «Paul, Nicholas, mi papá, las mafias, mi cargo, mi postulación » Todo. Llega a mi mente espontáneamente, causando que mi respiración se entrecorte aún más.

Aún destruida, sé que solo hay una manera de que este dolor se calme, así que aún con las piernas temblando, subo las escaleras hacia la habitación de Nicholas.

«Toco una, dos, tres veces Nadie abre» Capaz está preocupado buscándome, asi que agarrandome de las paredes intento darme la vuelta pero justo en ese momento la puerta se abre y la voz que menos deseo escuchar resuena en el pasillo.

– ¿Quien toca? «Ava» «¡No, no, no, porfavor no» — Ah hola Emily.

Dice con voz siniestra buscando alguna expresión, pero sencillamente no soy capaz de reaccionar. Esta en bata y en la habitación de Nicholas.

– ¿Donde esta Nicholas? — Justo cuando esa pregunta sale de mi boca, una voz gruesa resuena.

– ¿Quien coño es?

– Eso responde a tu pregunta? — Ava abre la puerta y... Dios, no.

Nicholas esta acostado, desnudo y viendo películas... Y en el suelo la ropa de ambos.

– ¿Como te fue con el compromiso? — Pregunta «Esta ebrio» — La pareja feliz y fiel se comprometió.

Aplaude sarcásticamente.

En ruinas (borrador) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora