XI | Tomé una decisión

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– Bueno, bueno chicos... Eso no importa, porque vinimos a ver a Zoca hoy ¿No?

Dijo Luis, intentando aliviar el ambiente con su cálida voz.

– Permiso. – dijo Liv parándose de su asiento. – Voy al baño.

Se retiró de ahí dando pasos fuertes, que parecían por poco derribar aquel palco.

En el pasillo del teatro, escucho los pasos de alguien que la seguía. Volteó enfurecida.

– ¿Qué querés ahora? – le respondió de mala gana al ver que Charly la seguía, con la misma expresión de enojo en su rostro.

– ¿Que mierda te pasa, loca? ¿Cómo vas a exponer así mi vida adelante de Luis?

– ¿A vos qué te pasa? ¿Quien te invito a venir a éste palco?

– Nadie, Zoca me dijo que estaba Luis que te recuerdo que es MI amigo. – enfatizó. – Lo conozco hace más tiempo, y tengo derecho a verlo y sentarme con el si quiero.

– No, tu derecho acaba cuando se trata de los lugares que yo reserve. Y fueron dos. – hizo un ademán con sus dedos, acercándose a el furiosa. – ¡No tres!

– ¿Desde cuándo te juntas con Spinetta? Cuando Zoca me lo contó, no lo podía creer Liv. Cada día me sorprendes más... – rió irónico.

– ¿Qué te sorprende, a ver?

– ¡Me sorprende porque jamás te Vi en ninguna fiesta de Pedro! ¡Porque por lo que ví en la fiesta, solo querés encajar! ¡Si vos no sos música!

Escupió enojado. Aquello sonaba a celos. Cómo si odiara no ser el centro de atención.

– Y obvio que no me vas a ver, si todo el tiempo estás tan nublado con tu propio ser que no ves nada de lo que ocurre a tu alrededor.

acotó sacudiendo sus manos frente a su rostro en un ademán, y siguió:

– Todo yo yo yo y yo. ¡Y nuevas noticias, Loco! No necesito ser del mundo de la música para conocer a gente importante e ir a las fiestas de Pedro, que te recuerdo que también ¡Es mi amigo! Te guste o no.

– A vos te encanta caretear nomás, Olivia. Te quejas de mi, y mírate. ¡Mírate!

Estaban tan cerca, que parecía que en cualquier momento uno le iba a saltar al otro encima a las piñas.

En eso, la puerta del palco se abrió y Luis se asomó. Los vio tan cerca, con esas expresiones de odio en sus rostros que supo enseguida que algo no andaba bien.

– Che... Ya empieza la obra. – dijo algo tímido, señalando hacia adentro.

Charly chistó y caminando enojado se dirigió nuevamente hacia dentro del palco, en un acto como si Liv hubiera Sido la culpable de aquella distracción.

La castaña no tuvo más remedio que entrar y sentarse.

Su humor era pésimo, pero no iba a dejar que eso arruine aquel esperado momento. Al final de cada obra, aplaudían felices y más aún cuando aparecía Zoca en escena.

El desempeño de la brasilera sobre el escenario era impecable. Se notaba que tenía años de experiencia en su trabajo, su determinación y la delicadeza al bailar cada paso parecía como si fuera natural. Cómo si no necesitará intentarlo demasiado.

Al finalizar la obra, los que estaban abajo lanzaban flores y rosas al escenario.

Liv volteó a ver a Charly, y este no se veía muy animado. Pero aún así aplaudía.

Parecía que no quería estar ahí. Parecía como si la tonta discusión que habían tenido, fuera más importante que estar feliz y disfrutar la obra de su novia.

No te animas a despegar | Charly GarcíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora