XXXI | Un pedido por entregar

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Aviso: ( ͡⁠°⁠ ͜⁠ʖ⁠ ͡⁠°⁠) +18

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De vez en cuando él la miraba a los ojos. Mordía su labio, y sonreía con picardía.

Era la primera vez que veía a Liv completamente desnuda, y mentiría si decía que no se había quedado fascinado con su cuerpo. Se veía tan suave, su piel tan tersa que quería tirar ese dibujo a la mierda y correr a agarrarla en sus brazos. Y besarla.

Intentó contenerse porque dibujar le gustaba, y porque quería provocarla a ella también. Ver hasta dónde llegaba.

El vinilo comenzó a reproducir "Us and Them" una de sus canciones favoritas. El dibujo ya estaba medio finalizado.

No era realismo, un arte más bien abstracto. Con rayas marcadas aquí y allá que identificaban su manera típica de dibujar. Dejó el bloc de hojas a un lado y la miró parándose de la silla en silencio.

– ¿Qué paso, ya está? – preguntó ella mirando las hojas con curiosidad.

Él caminó lentamente hacia ella.

Liv comprendió enseguida su acción. Lo vió en su mirada oscura y sus pupilas dilatadas llenas de deseo.

Al llegar a su lado, Charly llevó su mano a su hombro, y dejo una caricia muy suave que bajó hasta su clavícula. Luego, siguió un camino lento bajando por su esternón y en medio de sus pechos sin tocar nada ni pasarse de la línea. Un acto que la encendió mil veces más.

Ella cerró sus ojos.

– Tenés un cuerpo hermoso. ¿Lo sabías? – murmuró acercándose a su oído.

Su piel se erizó y el al notarlo sonrió.
Sin previo aviso, Charly se inclinó hacia adelante y la besó. Fue un beso suave al principio, pero cargado de una emoción contenida que había estado acumulándose.

Liv respondió al beso con igual intensidad, sus manos se deslizaron por los hombros de Charly y luego se posaron sobre su cuello, acercándolo más a ella. El contacto fue como una chispa que encendió una llama. Lo que comenzó como un beso suave se convirtió en algo más apasionado, más urgente.

Charly la sostuvo por la cintura, sintiendo la calidez de su cuerpo desnudo contra el suyo. El beso se hizo más profundo, como si ambos estuvieran buscando algo que habían perdido.

Era más que un simple beso. Era una aceptación de que entre ellos había algo que no podía ser ignorado. Charly sabía que esto cambiaría las cosas, pero en ese momento, no le importó.

En ese momento, ambos supieron que no había marcha atrás. O quizá Olivia lo supo desde que había llegado a la casa de Charly.

Él se separó de sus labios, y en un camino de besos bajó a su cuello.

Ella dejó escapar un suspiro, su cabeza inclinándose ligeramente hacia atrás, permitiendo que él tuviera mejor acceso.
Sus besos eran suaves pero decididos, explorando la piel de su cuello. Sentía el aroma sutil de su piel, dulzón como vainilla. 

Charly se separó de su cuello y con sus manos pasó a acariciar su vientre. Ella soltó un suspiro abriendo sus ojos, y luego de rozar sus narices el comenzó a agacharse en un camino de besos a lo largo de todo su abdomen, hasta arrodillarse frente a ella.

Liv mordió su labio inferior, y no creyó jamás verlo así frente a ella. El mismísimo Charly García, el caótico Charly García arrodillado frente a ella.

Él subió sus grandes y fuertes manos por la parte posterior de sus muslos y ella soltó otro gemido suave. Dejo pequeños besos húmedos en sus muslos mientras subía un poco más sus manos a sus glúteos.  Luego, subió un poco y besó a cada lado de sus caderas rodeando su zona erógena.

Finalmente al llegar a su feminidad la besó con suavidad, provocando que ella suelte un gemido sonoro tirando su cabeza hacia atrás. Un placer que hace tiempo no sentía nació desde el interior de su abdomen, y se extendió hasta sus piernas en una dulce magia que provocaba que éstas por poco se adormecieran.

Él sabía lo que hacía. Sus movimientos al principio habían sido suaves, pero después comenzó a aumentar la velocidad devorándola con deseo mientras sus manos acariciaban sus glúteos y piernas, atrayendola más hacia si.

– Mhm... Si. Así... No pares. – murmuraba ella entre jadeos, al sentir que el ritmo era perfecto y sus movimientos circulares también.

Charly soltó una risa ronca al verla así, y su risa provocó que ella suelte otro gemido.

Unos segundos después, él notó cómo ella llegaba al orgasmo, acompañado de un gran gemido, su espalda se arqueaba x
Extasiada de placer y sus manos se agarraban con fuerza a su cabello y sus hombros.

Él se incorporó acariciando su espalda, mientras ella se recuperaba de aquella secuencia apoyando su frente por un segundo en su pecho.

Se alejó un poco para mirarlo a los ojos, agitada y despeinada y Charly la besó, con la intención de seguir.

Pero ella lo separó sonriendo con picardía.

– Perdón, me tengo... Que ir. – murmuró aún algo agitada y se separó de el comenzando a buscar su ropa.

Él la miró desconcertado, aún en el trance de aquel encuentro que acababan de tener.

– ¿Eh? – pregunto confundido.

– Se me hizo tarde, tengo que entregar un pedido. Perdón... – dijo comenzando a vestirse nuevamente.

Charly no lo podía creer.

– ¿Ahora tenés que entregar un pedido? – preguntó incrédulo. – ¿No era que estabas aburrida?

Ella aguanto la risa para no hacerlo enojar y asintió con la cabeza.

– Si, hoy. Pero ahora a las ocho tengo que entregar ese pedido. Se me pasó la hora volando. – dijo terminando de colocarse sus zapatos.

Él no entendía nada. ¿A caso se estaba yendo y dejándolo así? ¿Justo cuando recién empezaban?

Con lo mucho que se deseaban...

– No te la puedo creer... – rio amargo, llevando una mano a su rostro. – Te voy a matar. – bromeó.

– Perdón. – se encogió de hombros, luego se acercó a saludarlo con un beso en la mejilla.

Él le corrió la cara y le dió un apasionado beso en la boca. Ella se separó riendo.

– ¿Qué haces?

– ¿Vos qué te haces? – rió el. – ¡Ésto no termina acá Olivia eh! ¡Ya te voy a agarrar! Eso no se hace...

Ella rió y corrió a la entrada.

– ¡No te escapes, hija de mil! – corrió hasta ella. – ¿Me escuchaste?

– Si, te escuché. – dijo poniéndose seria. – supongo que te tendrás que quedar con las ganas por hoy.

Se encogió de hombros y abrió la puerta de espaldas. Luego salió de la casa de Charly.

Ya en la vereda, se volteó por última vez y le guiñó un ojo antes de subirse a su auto.

Charly la quedó mirando, totalmente desorientado...
¿Sería cierto que tenía que entregar ese pedido? ¿O había sido a propósito? Pensaba.

Y claro que había sido a propósito. ¿Le gustaba empezar a jugar con ella? Entonces ella podía demostrar quién tenía el control de las cosas.

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Aaaah hermanas. Un capítulo algo picante, hace años no escribía algo así. La verdad es que las fics anteriores no narré nada muy zarpado porque no era el contexto tampoco.

Pero acá como hay tanto drama y sentimientos ya fuee, ¿Por qué no? Está bueno irse un poquito por las ramas :$ además, acá si viene al caso.

Espero que les haya gustado y no se me asusten pueden saltear este cap totalmente (aunque si llegaron a leer esto, dudo que lo hayan hecho, ja picaronas ( ͡⁠°⁠ ͜⁠ʖ⁠ ͡⁠°⁠) )
Les quiere, Lo Xx.

No te animas a despegar | Charly GarcíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora