V | Un suspiro

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– No me gusta para nada.

Todo el elenco estaba reunido en el teatro Colón, ensayando para la próxima obra de Zoca.

Liv se encontraba a un costado del escenario, enfrentada ahora por las otras bailarinas frustradas al ver los bocetos de los vestuarios de Zoca.

– Éste no es el vestuario que el diseñador pidió para esta escena. ¡No tiene nada que ver con lo que pidió!

– ¿Porque tiene el papel principal tiene que ser algo tan extravagante? – pregunto otra, en el mismo tono.

– Miren, si alguien me tiene que decir algo es el director, o el diseñador. ¿Ustedes quienes son loco? A mí me contrato Zoca. – contestó Liv, ya empezando a enojarse. – Y agregué detalles para darle un toque más personal al diseño. ¡¿Y?!

– Mira, Olivia. No podemos improvisar y hacer lo que queramos en ésto. Las chicas opinan y tienen razón. – contesto el diseñador pasándole la libreta con los bocetos.

– Entiendo lo que dicen, pero creo que podemos encontrar un equilibrio entre seguir tus indicaciones y agregar un poco de mi creatividad. Es importante que nos sintamos cómodas y seguras con lo que llevamos puesto en el escenario. ¿O no Zoca? – la miró, respirando agitada ya roja como un tomate.

Ésta, tragó en seco. No le gustaban las discusiones, los enfrentamientos... Y menos con sus directores y diseñadores.

– S-si... Creo que si.

– No la metas a Zoca en ésto. – la cortó el director.

– Bueno, yo sé lo que estoy haciendo. Este vestuario resalta sus habilidades y complementa la coreografía de Zoca de una manera única.

– Bueno, mira...– bufó él, al ver que la joven no pensaba dar su brazo a torcer. – los volados se quedan, pero todo éste brillo se va.

Le dijo señalando el boceto.

Liv, lo miró pensativa. Pero al ver la reacción incómoda de Zoca termino accediendo un poco.

– Bue. Listo, los brillos se van.

Minutos después, el elenco volvía a ensayar, con una nueva determinación y un poco mas de confianza en el vestuario que Zoca iba a elegir para su papel.

.

Al finalizar el ensayo, salieron ambas amigas del teatro.

– Che, sos toda una luchadora eh.

Dijo Zoca entre risas, colgando su bolso en un hombro. Liv volteo a verla. Zoca siguió:

– No puedo creer cómo defendiste tu visión del vestuario ante todos.

– Bue, a veces tenés que luchar por lo que pensas, ¿no?

–  Sí, pero creo que a veces podes ser un poco... ¿cómo decirlo? Persistente.

– ¡Pero más vale! Encima que me encanta pelear. Más con boludos como tú director, perdón... Lo tenía que decir.

Zoca se estalló en risas.

– Pero en serio, amiga, admiro tu confianza en vos misma. Hice bien en contratarte. – se tomó de su brazo con cariño, aún riendo. Liv tomo su mano caminando por la vereda.

– Nah, igual no siempre vale la pena pelear por todo, pero cuando realmente crees en algo, tenés que luchar por eso. Sino después te pisotean. Te lo digo en serio, porque veo que sos media tímida vos.

– Lo soy, es verdad. No me gusta para nada el conflicto.

– Bueno, tranqui. Mientras yo esté acá ningún director de va a pasar de vivo.

No te animas a despegar | Charly GarcíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora