XLII | No hay solución

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Luis trató de mantener la conversación fluyendo mientras Charly y Zoca estaban ahí, pero la incomodidad en el aire era obvia.

Liv, por su parte, permanecía muda, observando cómo Luis intentaba mantener el ambiente cordial.

– Vine a ver cómo iba tu trabajo. – explicó Charly mirando alrededor de la sala de grabación. – Además Zoca quería venir a verte, ya que vino unos días a Argentina.

Luis sonrió.

– Me alegra que vinieran, y me alegra que estés nuevamente por nuestros lados Zoca. ¿Quieren que prepare unos mates? Así tomamos mientras les muestro en qué ando... Avance un montón.

Zoca asintió, sonriendo con cierta timidez.

Liv agradeció que Luis supiera manejar aquella situación con tanta naturalidad, aunque era evidente que algo no estaba del todo bien.

Luis se dirigió hacia el área de la cocina para poner la pava junto a Charly, dejando a las chicas solas por un momento.

Liv no estaba segura de qué decir.

– ¿Así que están juntos? No me habías dicho nada...

– No estamos juntos. – explicó Liv riendo nerviosa. – Es... No es nada.

– Tengo que confesar que me sorprendí. Bueno, algo me habías contado hace un tiempo... Pero sabes lo que opino. Sea lo que sea que tengan, Luis es una gran persona y me pone feliz verlos. – se acercó a ella para abrazarla de lado.

Liv trago en seco, y sonrió con nerviosismo.

Se sentía terrible. Zoca era tan piola, y no tenía idea de nada de lo que estaba ocurriendo.

Debía ser la peor persona del universo.

Y en ese momento quería huir, porque también tenía miedo por lo que le podía llegar a decir Charly después.

.

Al volver ambos con el mate listo, Charly miró a Olivia por un instante, como si quisiera ver su reacción, saber en qué estaría pensando.

La charla continuó de manera ligera, pero la jóven no podía escaparse de la sensación de incomodidad que tenía.

– Bueno, yo creo que me voy yendo. – dijo Liv parándose mientras sonreía.

– ¿Te vas?

Pregunto Luis apenado, luego de darle un sorbo a su mate. Según habían hablado, parecía que después iban a salir juntos.

– Si, no les quiero interrumpir la noche.

– Obvio que no Liv. Es más, íbamos a hacer algo de cenar en casa. ¿No quieren venir? – pregunto Charly sonriendo exagerado.

Ella ni siquiera lo miró.

– No gracias, me acordé que tenía un compromiso con Pedro. – mintió. – justo me acordé, perdón. – miró a Luis en excusa de los planes que habían hecho una hora antes.

– ¿Querés que te lleve? – pregunto Luis aceptando la situación de Liv apenado.

– No, no no... No te preocupes si vine en el auto. Quédense acá charlando, pásenla lindo.

Comenzó a despedirse de todos. Luego, salió casi corriendo de ahí.

Bajo las escaleras acalorada y se tuvo que detener en el descanso de entre dos pisos para llevar una mano a su pecho respirando agitada.

– ¿Qué pasó, se te juntó el ganado? – preguntó Charly burlón e irónico, apareciendose en la escalera.

Se había retirado del estudio con la excusa de que iba al baño mientras Luis y Zoca charlaban entretenidos.

No te animas a despegar | Charly GarcíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora