Capítulo 19

21 6 2
                                    

Sabrina soltó una carcajada cuando Aslan coqueteaba con un hombre en otra mesa.

—No hagas eso, no te rías.

—Deberías levantarte e ir a su mesa. No coquetees desde lejos.

—No tienes idea de lo que es coquetear para mí—Sabrina suspiró para volver a ver al hombre que Aslan miraba y encontró algo que le parecía familiar en el acompañante de este.

Lo recordó cuando vio el tatuaje en el cuello que lleva el chico. Su novio antes de viajar a Estados Unidos. Sintió un malestar y a la vez una alergia al verlo, después de la dependencia emocional que ambos habían compartido por un tiempo lograron estar separados y Sabrina entendió que el mundo no iba a acabar por romper con su primer novio.

—Conozco al chico que está con él, fue mi primer novio.

—¿El imbécil que te dejó? Déjame decirte que por muy cara de italiano bueno que tenga, será y es un idiota.

—Éramos adolescentes y la distancia no ayudaba ni un poco. Somos adultos, ambos lo superamos—el acompañante del ex novio de Sabrina se levantó para ir hasta la mesa de ellos.

—¿Puedo invitarles a una copa?—ofreció el hombre con un exquisito acento Italiano.

—Gli piacerebbe, preferisco restare qui. Sono l'autista designato.

—Italiana—exclamó con alegría el chico para sonreír—. Mi amigo que está en la mesa también lo es, tal vez podría hacerte compañía.

—Prefiero que no, vayan ustedes.

Veía a su amigo reír mientras compartía una copa con el hombre. Brando, el ex novio, levantó su vista para centrarse en Sabrina quien bebía una gaseosa. De su boca salía una sonrisa melancólica al verla ahí.

Se levantó dándole un sorbo final a su copa para acercarse por detrás de esta y cubrir sus ojos. El chiclé que aplicaba cuando eran jóvenes.

—Deberías cambiar el perfume si no quieres que te delate.

—Supongo que hay aromas que no se olvidan.

—Era terriblemente alérgica a él por temporadas y aún así no lo cambiaste—Sabrina se levantó para darle un abrazo al chico—. Te ves bien y me alegro por ti.

—Me siento bien, quiero que sepas que frente a ti está el licenciado Brando—la chica sonrió feliz.

—Eso es estupendo. Frente a ti tienes a la maestra de preescolar, Sabrina.

—Adoras enseñar, sabía que lo lograrías. Déjame invitarte a un trago y celebrar juntos.

—Tengo que conducir—se negó—. Tal vez en otra ocasión, el chico que está junto a tu amigo es uno de mis mejores amigos.

—Puedes irte en taxi y mañana pasar a buscar el auto. Tal vez no volvamos a coincidir.

—Pero solo una copa y quiero que me cuentes de tu vida de licenciado.

Una copa, fueron ocho y a la novena Sabrina estaba sollozando en el hombro de Brando mientras Aslan bailaba animadamente.

—Me da miedo que ellos se alejen de mí.

—No debiste encariñarte con niños ajenos, lo sabes.

—Pero los adoro, a ambos. Incluso adoro el mal humor de Magnus, cuando tiene la frente arrugada hace que mis piernas tiemblen.

Brando rodó los ojos—. Eso es asqueroso. Supongo que ha logrado más que yo.

—Lo sé, pero me gusta. Me gusta Magnus Strong—confesó para tapar su boca soltando una risilla.

Triple Jaque MateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora