Thomas.
La pasé hablando con el padre y el hermano de Hailee el resto del día. Hailee, por el contrario, estuvo hablando con mi madre, la de ella y mi hermana. No sé de qué hablarían, tal vez cosas que la mente masculina jamás va a entender.
El señor Steinfeld es bastante bueno en la carpintería, me ayudó a terminarla mientras hablábamos de algunas carreras de coches, cosa que, si soy realista, poco comprendía. El tiempo pasaba volando y no sé cómo este par tienen tanta energía luego de semejante viaje hasta acá.
Es una locura total —comenta el padre de Hailee mientras lija la puerta—. Imagínete que en las últimas carreras Griffin tenía el mejor promedio pero no llegaba de primero.
Papá, no siempre se gana - me río un poco.
Un poco de mala suerte... ¿no? —digo a lo que Griffin asiente—. Por cierto, ¿cómo sigue tu dedo?
Bien, de hecho, no fue impedimento para quedar de segundo en la última carrera - Necesito ver correr a este hombre y eso de que no sé nada de coches. O bueno, sé lo básico - Por cierto, ¿qué deportes practicabas de pequeño?
Bueno, en ocasiones fútbol o Rugby... la verdad, no hacía mucho, no era muy bueno —me burlo, aunque realmente sí era bueno en el fútbol, si no hubiese sido una lesión que me alejara de las canchas, hubiera llegado a ser profesional—.
Vaya... —dice el padre de Griff—. oye, Griff, ve a ver si tu hermana y madre ya están listas — este solo asiente. Amigo, no te vayas, se aproxima la conversación con el suegro y creo que eso no trae nada bueno. Griffin se va —entonces - deja la puerta de lado, saca sus manos y me mira. - Entonces... - señor, sé claro, no me asuste más de lo que ya estoy - ¿qué intenciones tienes con mi hija? —Vaya, qué directo —.
Bueno, no son malas, señor, de eso puede estar seguro —me tiembla todo—.
Okay... bueno, no te preguntaré por tus labores, eso es bastante obvio, pero me surge la duda de algo - mi saliva pasa de manera áspera por mi garganta - ¿No estás con ella, por quién es? - No soy esa clase de persona pero entiendo su punto -
No, de eso puede estar seguro, señor... lo que a Hailee y a mí nos ha pasado estas últimas semanas es bastante real —no sé si soné lo más convincente posible—.
Eso espero, muchacho. - Toma la puerta y me la entrega. - Vamos a instalarla - dice cuando sale del taller mientras voy tras él .
Claro... quedó algo sencilla, faltó pasarle algo de pintura, pero es mejor esto que nada. Llegamos a casa, parece que todos están ocu... bueno, no todos. Hailee está dialogando con su hermano y al lado está su madre. Lleva un suéter amarillo, jean claro y zapatillas deportivas blancas. Se ve hermosa. En cuanto nota mi presencia, me sonríe y yo no puedo evitar hacerlo igual, pero le añado un toque, guiño mi ojo izquierdo. No debí hacerlo, se puso rojita como un tomatito .
¿Necesitan ayuda? - dice mi pequeña chica cuando su padre está quitando la otra puerta. No sabía que nos había seguido hasta acá.
No, cielo... —dice su padre— , estamos bien así - No puedo evitar sonreír ante la escena.
Está bien, papá - Mira a su padre y segundos después a mí —mmm... los esperamos en el salón principal —dice mientras se muerde el labio inferior. Mujer, me estás volviendo loco.
Claro, ahora después de un buen baño estaremos allá, ¿no es así, Thomas?
¿Eh?... —no me salen las palabras, esta mujer me tiene en trance — sí...
Vale... — Hailee le dedica una tierna mirada a su padre y luego a mí — Tommy, tú y yo tenemos que hablar de algo — ¿hablar de algo? ¿Hice algo malo? —
¿Problemas en el paraíso? —contesta su padre. Señor, no sé de qué habla su hija. Solo me limito a sonreír. Ella se marcha y no puedo evitar ver su trasero cuando se aleja y va para donde está el resto .
Tardamos un poco más de una hora en instalarla, faltaron algunos detalles que con el tiempo se pueden pulir, pero, a decir verdad, quedó perfecta. El señor Steinfeld todo el tiempo me hablaba de deportes, yo sólo me limitaba a responder porque mi cabeza no dejaba de pensar en su hija.
Ambos nos dirigimos hacia nuestros respectivos cuartos para darnos un baño y poder unirnos al resto. La puerta de la habitación está entreabierta, supongo que Hailee olvidó cerrarla. Entro, enciendo la luz y me encuentro con una Hailee sentada en la cama, con los ojos algo llorosos y con su teléfono en la mano.
Creí que estabas con el resto... ¿Pasó algo? —La miro pero ella no me responde —Cielo, ¿está todo bien? —Asiente para luego abrazar — estoy bastante sudado — se aparta solo para mirarme—.
Me acaban de dar el protagónico para una película - Me da un corto beso.
Felicitaciones —le sonrió—. ¿ Sobre qué es la película?
Bueno, es... algo de suspenso —ella solo me mira— no te puedo dar spoilers, lo siento.
No importa... mientras no tengas que besar a alguien más, estaré tranquilo - Su mirada cambia un poco de ternura a preocupación, sé perfectamente de qué se trata - ¿Es guapo?
Bueno, es alguien que tiene mucha trayectoria.
Pregunté si es guapo — Hailee se echa a reír—. No veo lo gracioso.
Tommy, no es algo real...
Pero él te va... —Me da un beso en los labios para silenciarme —.
Pero no serán como tus labios y solo es trabajo —dice con una sonrisa—. Mejor ve a ducharte, te esperaré —entre cierro los ojos—. No te diré quién es hasta que la prensa lo suelte —en definitiva me rindo—.
Está bien —digo mientras me pongo de pie— , creo que necesitarás un asistente médico en grabaciones - Abro la puerta del baño —asistiré encantado—. Escucho cómo ríe cuando cierro la puerta tras de mí. Me meto en la regadera, esta vez intento que sea agua completamente helada, mis músculos se relajan completamente pero mi mente no deja de pensar en el hombre que besará los labios de mi chica en grabaciones. Cierro el grifo, me pongo una toalla por la cintura y salgo del baño cuanto antes. —No es divertido. — Hailee me mira.
¿Aún piensas en eso?
Claro, que voy a pensar en eso —abro el armario y saco una playera negra, un jean negro— , es como si te dijera que Olivia y yo...
¿Por qué tienes que mencionar a la vieja esa? —Venganza, dulce venganza.
Tú lo iniciaste — tiro la ropa sobre la cama y me acerco a ella que me mira con cara de pocos amigos — al parecer esto es guerra — me agacho lo suficiente para quedar a su altura—.
Mi guerra es sana —dice con indiferencia—. Tú juegas sucio, "cielo"... por favor, vístete que me estás tentando o, por lo menos, mis pensamientos en este momento no están siendo sanos. —Con que soy tu mayor tentación, amo esta parte —.
¿Con que no son sanos? —me le acerco lo suficiente como para que nuestros labios se junten. Jugamos un rato con nuestros labios. Lo peor de esto es que nos estamos dejando llevar y hay invitados que atender. —Me vestiré —me separo cuanto antes y a juzgar por su cara de "te mataré", tenlo por seguro.
Esto no se queda así. Thomas —dice cuando se pone de pie y sale del cuarto, cerrando la puerta con algo de fuerza. Vaya que la molesté .
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Bajo Reflectores
FanfictionEn las deslumbrantes luces de Los Ángeles, Hailee Steinfeld vive una relación que parece no hacerle muy bien con un cantante obsesionado con hacerse más conocido y que sus cuentas bancarias se llenen todo el tiempo. Su vida da un giro cuando conoce...