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Extra 2: Lejos de casa

Extra 2: Lejos de casa

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—¿Extrañas a papá?

Sobó su vientre de cuatro meses.

JungKook llevaba dos semanas fuera de casa, el pelinegro estaba en Nueva York, había tenido una pelea la noche anterior, la cual fue un fenómeno. YoonGi, Jimin y NamJoon estuvieron con él para verla a todo color en la televisión de su casa.

Incluso sus suegros y padres lo llamaron para felicitarlo por el logro de su omega.

Lo extrañaba demasiado.

El bebé se movió y TaeHyung sonrió, su cachorrito era lo único que impedía que no se soltara a llorar por la ausencia de su esposo. Quería su calor y su aroma rodeándolo ya mismo, pero eso era imposible, su omega estaba a miles de kilómetros.

El sonido de su teléfono lo distrajo, se enderezó y miró el mensaje que le había llegado.

[Te veré en Skype en cinco minutos, amor]

[No olvides traer a mi bebé]

Se echó a reír por el mensaje y fue hacia su habitación para encender su laptop y recibir la videollamada de su esposo.

—¡Amor!

—Hola, TaeHyungie. —el pelinegro sonrió. —Estás hermoso.

—Te extraño.

—Yo te extraño más omega. —respondió. —En dos días más estaré en casa.

—Te necesito mucho, JungKookie, nuestro bebé también te extraña.

—Te juro que no más que yo mi amor, deseo estar allá con ustedes. —dijo. —Enséñamelo, anda.

JungKook estaba en su habitación de hotel, con una pequeña luz encendida, vestido con un pans y una playera blanca básica.

TaeHyung vestía una bata para dormir, donde escondía todo su cuerpo. Cuando JungKook se lo pidió, abrió la bata lo suficiente para dejar al de descubierto su estómago.

—Está creciendo cada día más, no puedo creerlo. —comentó. —Tengo que poner mis manos sobre ti ya mismo.

TaeHyung sonrió y acarició su vientre.

Su cuerpo está casi desnudo bajo esa bata, únicamente su ropa interior, no quería dormir con nada más que la sábana que cada día tenía menos aroma a su omega.

Colocó la computadora en medio de la cama y se colocó para que únicamente su vientre se mostrara.

—¿Koo?

—¿Sí?

El menor estaba embelesado con el vientre del enfermero, simplemente nunca imaginó que se podía convertir en una masita por un ser que ni siquiera podía ver aún. Estaba enamorado, de su omega y de su pequeño bebé en camino.

—Hoy vino Jimin, me hizo compañía, Yoon llegó tarde, trajeron pollo frito, dicen que pueden quedarse mañana y hacer una pijamada conmigo.

JungKook sonrió al escucharlo.

—Suena divertido, algodón.

—Sería más divertido si estuvieras aquí. —comentó. —Déjame ser un omega caprichoso y exigirte que estés aquí ya mismo.

—Estaré en casa en dos días amor, la prensa puede esperar. —afirmó. —Ya fue demasiado tiempo lejos de ustedes.

TaeHyung asintió, quería permitirse ser egoísta, quería a su esposo con él.

—¿Cómo se ha portado mi cachorro?

—Inquieto, quiere armar una revolución acá adentro.

JungKook se carcajeó y llevó sus manos a la pantalla, acariciando con un brillo en sus ojos, deseaba tanto estar ahí. No quería perderse nada.

—Dile que se comporte o papá se enojará.

Esta vez fue el turno de TaeHyung de reírse.

—¿Serías capaz de enojarte con nuestro cachorro?

—Absolutamente no, solo lo digo para convivir.

Rieron.

Lo sabía. JungKook podía ser un gruñón y antipático, pero con su omega e hijo no, eran su debilidad y su más grande amor.

El pelinegro se desvía por TaeHyung y sus cuidados, era como una máquina de cariño y protección a su lado.

—Estás hermoso. Déjame ver tu rostro.

TaeHyung enfocó su cara y sonrió, sus mejillas se inflaron y el hombre creyó que le daría un ataque al corazón con solo ver eso.

—Dios, guarda esa arma mortal, Jeon TaeHyung.

—Tendrás que soportarlo, omega.

Siguieron hablando hasta que los ojitos de TaeHyung pesaron.

—Ve a dormir.

—No quiero....

—Estás durmiéndote ya, omega.

—Quédate conmigo.

—De acuerdo, solo duerme. Yo velaré tu sueño, cachetón.

El omega pelirosa cerró los ojos y antes de caer dormido terminó susurrando.

—Te amo JungKookie.

El menor sonrió a través de la pantalla.

—Yo te amo más, algodón de azúcar.

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Falling for you ୧ kv Donde viven las historias. Descúbrelo ahora