ੈ Capítulo once

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Agridulce

Cuando es capaz de llegar al gimnasio, hace toda su rutina con normalidad

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Cuando es capaz de llegar al gimnasio, hace toda su rutina con normalidad.

Va hacia los casilleros, saluda a la amable beta del pasillo y le sonríe a los entrenadores que aún están ahí a esa hora de la noche.

Su turno en el hospital había cambiado de manera radical, dos noches seguidas en el turno nocturno, terrible desbalance.

No había podido ni ver a JungKook en esos días, solo habían compartido un par de mensajes y algunas llamadas cortas, contando que tal iba todo. Normalmente, tenía citas con exprés con el omega durante las noches, caminaban sin rumbo en las calles hasta cansarse de hablar o mejor dicho, hasta que el tiempo se les iba encima y tenían que despedirse.

TaeHyung estaba volando alto, no podía ocultar su ilusión y tampoco su entusiasmo por estar viviendo esa experiencia que tanto anheló.

No había presiones, dudas, ni tampoco malos ratos con JungKook, eso le fascinaba, ese omega había sido capaz de enseñarle que podía dejarse fluir y dar un golpe (paso) a la vez.

Luego de su exasperado trabajo esas noches, tenía un descanso de cuatro días donde podía relajarse y tomarse el tiempo para volver a sus cosas que con normalidad hacía, en este caso venir a calentar un poco al gimnasio. Había quedado con JungKook para verse en el sitio y hacer sus rutinas en conjunto, pero el azabache estaba atrapado en el tráfico y le dijo que podía empezar sin él.

Hoy haría un poco de pierna, por lo que fue a la máquina y acomodó su peso para luego hacer unos estiramientos. Había dos omegas a lado de él, luciendo radiantes para estar en un gimnasio a las casi nueve de la noche. TaeHyung les sonrió con cortesía y siguió con lo suyo.

Trató de ignorar las voces de las chicas, pero al estar a lado de él, fue imposible no escuchar su conversación, y no era ningún delito poner un poco de atención, ¿verdad? Le gustaba el chisme, no podía negarlo.

Siguió haciendo sus ejercicios mientras escucha la noche loca que ambas omegas habían tenido, secretamente sonrió, él hacía mucho tiempo que no salía de fiesta, no desde que buscaba a JungKook.

—Te juro que fue increíble. —casi gritó la rubia con cara de ángel. —¡Lo amé! Ese club es como un jardín de adonis...

—Club de omegas, era obvio. —bromeó la amiga con rizos alocados. —¿Y lo hiciste?

TaeHyung estaba seguro de que si ambas se acercaban más, hasta podrían incluirlo en la conversación, estaban muy cerca revelando sus intimidades...

—Por supuesto. —sonrió divertida. —JungKook fue todo un caballero.

Algo desencajó en el cerebro de TaeHyung.

¿JungKook?

¿Su JungKook?

Falling for you ୧ kv Donde viven las historias. Descúbrelo ahora