Capítulo 24.

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Diane: ¿Cuál debería escoger?- Me pregunté a mi misma.-

Thinny: Yo diría que el rojo es su color, le favorece.- Dijo desde mi interior.-

Diane: Pero siempre lleva algo rojo... A no ser de que tenga que cambiar su apariencia por completo... ¿No sería algo repetitivo?- Le respondí mediante la telepatía, ya no era necesario fingir una llamada telefónica para hablarnos, porque como a parte de tener nuevas habilidades después de beber la sangre de mi esposo, las que ya tenía de por si, se fortalecieron y eran más fácil controlarlas.-

Thinny: Entonces compra el verde.-

Diane: ¿Y que hay del azul? Creo que le gustará más... ¿No?- Pregunté, recordando el color de ojos original que tenía cuando el era humano.- 

Estaba en una tienda muy exclusiva y cara del centro de Londres, claramente era de día, pero eso de que los vampiros se hacen un montón de cenizas no era más que un mito, porque en realidad sólo nos resulta molesta la luz del sol, quería hacerle un regalo al Nosferatu, no era nuestro aniversario de bodas ni nada por el estilo, apenas llevábamos unos seis meses de casados y como sabía que tendríamos esa noche libre, me esforcé muchísimo en levantarme, prepararme y salir de nuestra habitación sin que se diera cuenta y poder comprarle algo mientras el dormía y darle una pequeña sorpresita, encontré tres sujeta corbatas de oro con relieves de ornamentación y cada uno tenía una incrustación de piedras preciosas, uno tenía un rubí, otro una esmeralda y el tercero un zafiro, la verdad es que no sabía por cual decidirme, porque los tres eran preciosos y el precio, aunque fuera caro, no era un problema para mi.

Diane: Creo que escogeré ese... Espero que le guste...- Anuncié al espectro, refiriéndome al zafiro.-

Thinny: Seguro que si, sobre todo si viene de ti.-

Diane: Ojalá tengas razón, es el primer regalo que le hago...- Dije un poco nerviosa.-

Llamé la atención del dependiente de la tienda para comprar el complemento y que lo envolviera para regalo, éste y los demás humanos del establecimiento no se aterraron ante el color de mis ojos, porque logré desarrollar la capacidad de cambiar el color de éstos a verdes, tal y como eran antes, así podría pasar más desapercibida sin llevar gafas de sol en lugares cerrados y no llamar la atención ante la sociedad. 

Cuando pagué y salí de la tienda, me puse las gafas de sol para que éste no me molestara a la vista y me fui directamente a mi coche, el cual tuve que aparcar a dos manzanas de la tienda por falta de un aparcamiento cercano. Pude distinguir que había algo sujetado por el parabrisas conforme me acercaba al vehículo, pensaba que se trataba de publicidad, pero en realidad era una carta, la cual tenía mi nombre y estaba sellada con un blasón que no había visto en mi vida.

Guardé el sobre dentro de mi bolso y entré al coche, dejé éste y la bolsa de la tienda que contenía el regalo para mi marido en el asiento del copiloto y arranqué para después volver a la Mansión Hellsing, cuando llegué, me despedí de Thinny, el cual me deseó suerte con la sorpresa para Alucard y me fui rápidamente a nuestros aposentos, abrí la enorme y pesada puerta de madera, por suerte el no se encontraba en la sala de su trono, en la cual ahora había otro de igual tamaño, ese era el mío, he de recordar que no eran ostentosos.

Suspiré aliviada y avancé casi de puntitas hasta la puerta de nuestro dormitorio, la cual abrí con muchísimo más cuidado que la anterior, pero al girarme después de cerrarla me percaté de que el Nosferatu no se encontraba en la estancia.

Diane: Oh...- Suspiré algo apenada, quería despertarle con la sorpresa cuando fuera de noche.- ¿Habrá salido?- Me pregunté en voz alta.-

Alucard: No, no he salido.-

Love in the bloody madness (Alucard y tu).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora