Love in the bloody madness (Alucard y tu).

Capítulo 19.

Han pasado varios meses desde aquel incidente ocasionado por la persecución en medio de la ciudad de Londres, claramente, no volví a salir de la mansión y permanecía oculta en los viejos sótanos de ésta, ya no veía al Nosferatu con frecuencia, de hecho, era demasiado raro si nos lográbamos cruzar. Volvió a ser frío y distante conmigo y mentiría si dijera que eso no me dolió, porque la verdad es que llegué a verle como a un amigo, uno de los buenos, aunque tampoco podía culparle por ello porque tanto el como Seras, se mantenían más tiempo fuera de la Mansión Hellsing buscando cualquier pista sobre Hakan, para así poder aniquilarlo y volver a la normalidad.

Alucard pudo recaudar información tras beber de la sangre de uno de los conductores que me persiguieron aquel día, descubrió que Hakan tenía una guarida en Escocia, pero llegaron demasiado tarde, ésta fue abandonada y desde entonces no quedó ni rastro de el. Por otro lado, yo debía aparentar toda la normalidad posible, a pesar de que los nervios me comieran por dentro, llegando incluso a causarme algo de estrés por el confinamiento, aunque debía de sobrellevarlo porque sabía que todo esto era por mi propio bien, total... Tampoco sería la primera vez que estuviera encerrada, recuerdo a la perfección cuando tuvimos que confinarnos en el 2.020 por culpa del Coronavirus, aunque en esta ocasión el espacio donde estaba se vio reducido a una habitación y no podía caminar todo lo que quisiera, por lo menos no tenía que meterme un palo de plástico realmente molesto por las fosas nasales.

Hoy estábamos esperando la visita de Heinkel, ella vendría sola, puesto que tampoco necesitaba a nadie para cubrirle las espaldas y tampoco se trataba de algo formal, simplemente quería verme, tal y como hacen todas las amigas, supongo... A si que podía salir de mi habitación y estar con ella durante su visita, porque claramente no se hospedaría en la mansión ni aunque estuviera ebria. A si que me encontraba caminando por los pasillos, con mi uniforme puesto y mis armas siempre encima, tratando de aparentar estar tranquila y sosegada, no quería que ella supiera nada sobre mi confinamiento en los sótanos...

Digamos que como Heinkel se enterara de que prácticamente tengo a Alucard como compañero de habitación, me llevaría literalmente a rastras hasta el Vaticano con sus propias manos, Integra y los demás aceptaron mi decisión sobre ocultar ese ligero detalle, por lo que no tendría problemas con respecto a eso. Cuando por fin me encontré con ella en el enorme recibidor de la mansión, nos dimos un cálido abrazo y ambas nos dirigimos a una sala para tomar el té y así hablar más cómodamente, en parte me alegraba de que el Nosferatu no se encontrara aquí en ese momento, así no tendríamos una de sus inconvenientes visitas inesperadas para causar discordia por diversión o aburrimiento y Seras se encontraba en su habitación, descansando.

Heinkel: ¿Y cómo te van las cosas por aquí?- Preguntó, para después tomar un sorbo del cálido té.- ¿Estás bien?-

Diane: Si, las cosas van como siempre, eso si no contamos con lo tedioso que está siendo todo lo relacionado con ese tal Hakan...- Suspiré pesadamente.- Sabe muy bien ocultar sus huellas.-

Heinkel: Si... Nosotros tampoco hemos encontrado nada que lo relacione con otros sucesos, exceptuando lo de Dubái, no se como pudo permanecer oculto por tanto tiempo...-

Diane: No lo se con exactitud, pero de lo que si que estoy realmente segura...- Tomo un sorbo de mi taza de té.- Es que su objetivo es Alucard... Seguramente se lo tomó muy en calma durante tantos siglos para poder vengarse de el, ya sabes...-

Heinkel: Si... Enemigos del pasado...-

Diane: ...- Asentí en silencio mientras giraba el anillo en mi dedo que Seras y el Tío Pip me regalaron.-

Mantuvimos muy buenas conversaciones sobre temas diferentes, la gran mayoría eran muy divertidas, pero entonces un gran estruendo sacudió los cimientos de la mansión, haciendo que las luces tintinearan durante unos segundos, acompañadas de agónicos gritos y disparos sucesivos, provenientes del exterior. Ambas nos levantamos de nuestros asientos y corrimos por los inmensos pasillos, dejando nuestras reconfortantes bebidas atrás, Thinny se unió a nosotras por el camino, el pequeño también estaba muy confundido.