"Cuando tengas miedo, imagina un lugar en el que te gustaría estar, uno muy seguro, uno donde nadie puede hacerte daño, no hay gritos, solo hay calma... ¿Cuál sería?"
"Uno junto a ti, no me importa donde, como si pasan siglos hasta estar de nuevo a...
Diane: ¿Eres consciente de lo que has hecho?- Le pregunté al vampiro en pleno juicio público.- Has expuesto a tu reina, compañeros del consejo y al resto de tus hermanos y hermanas de El Gremio a un peligro inimaginable.- Mi voz sonaba calmada, pero me mantenía firme y mi enfado era bastante notorio, era como si yo misma hiciera ascender el miasma desde los mismísimos infiernos hasta uno de los grandes salones de la sede de nuestra sociedad.-
Apenas pasaron 48hrs desde que avise a Aamon sobre que teníamos a un traidor, el cual ahora era un ex miembro del consejo y se vendió a Hakan por un poco de su sangre y así adquirir más poder, los humanos no son los únicos seres avariciosos en este mundo, lastimosamente era verdad.
Diane: Has permitido que el hogar de mi familia fuera atacado y que muchos humanos fueran masacrados y asesinados... Has permitido que uno de sus esbirros me atacara...- Los cuchicheos y la cara de desaprobación de los miembros restantes del consejo y de mis súbditos no tardaron en aparecer, alcé un poco la mano para que el silencio reinara nuevamente en el lugar.- No eres más que escoria... Una rata traidora que sólo ansía poder para su propio beneficio, sin importar las consecuencias que eso puede acarrear.-
Escupía mis palabras con desprecio mientras golpeaba repetitivamente las garras de oro viejo que adornaban mis manos los reposabrazos del trono en el cual me sentaba, el mismo que se usó en mi coronación, segundos después me levante, haciendo caso omiso al dolor de la herida que me causaron las espinas de magia oscura de Incógnito, no debía mostrar lo mucho que me dolía, debía mantener una cara estoica porque nadie más debía saber que fui herida en combate, a parte de el demonio, el espectro y yo.
Caminé hacia el traidor, el cual se encontraba a escasos metros de mi siendo custodiado por dos guardias, al final de las escaleras, el sonido de mis tacones impactando con firmeza contra el suelo hacía eco en todo el salón y los bajos de mi larga capa se ondulaban con la forma de los escalones mientras los bajaba (imágenes del outfit :D).
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Diane: Dado a que es un juicio público, tu sentencia no puedo determinarla sólo yo... Aunque puedo oír con claridad que es lo que quieren todos los aquí presentes.- Dije en alzando la voz mientras miraba a mi alrededor, compartiendo lo que tenía pensado hacer con ese desgraciado, viendo como todos los presentes asentían casi al unísono.-
