Estaba corriendo, la mansión estaba casi hecha pedazos y el olor a sangre y muerte estaba arraigado en mis fosas nasales, los cadáveres de los soldados y los trabajadores del servicio se amontonaban por el suelo y algunos se volvían en pie, convertidos en ghouls. Estaba buscando algo a toda prisa, pero no sabía muy bien el que o a quien, pero sabía que debía encontrarlo sea como sea, no podía correr tan rápido como quería y eso me estaba frustrando.
Los pasillos de la mansión parecían hacerse más largos y retorcidos, haciendo que mis pasos fueran cada vez más torpes y así corría con más dificultad, todo estaba teñido de rojo, hasta diría que el techo estaba goteando sangre y mis pies chapoteaban en ésta. Me di cuenta de que me estaba acercando cada vez más a las puertas del despacho de Lady Integra, eso hizo que mi corazón se encogiera, cuando estuve justo en frente de éstas, mi cuerpo comenzó a temblar de puro terror, estaba hecha un flan...
Las abrí reuniendo fuerzas de a saber donde, desvelando el peor de los escenarios que jamás hubiera querido ver, había un montón de cenizas en el suelo junto al Harkonnen, el arma principal de Seras... Estaba severamente dañada y no se podía usar, en una esquina del despacho se encontraba Lady Integra, tirada en el suelo en un charco de su propia sangre, abierta en canal y con sus entrañas esparcidas por éste...
Un ruido hizo que girase la cabeza al frente, pudiendo ver a Alucard de rodillas, su pecho estaba siendo atravesado por la mano de Hakan, el cual tenía una sonrisa triunfante llena de satisfacción. El posó su mirada en mí mientras escupía sangre por la boca a borbotones... Su cuerpo se hizo cenizas poco a poco hasta que se acabó convirtiendo en un montón en el suelo, Hakan pisó éstas con desprecio, mirándome con aires de superioridad.
Solo pude gritar de puro terror hasta tal punto, que me ardía la garganta...
Diane: ¡AAAH!- Grité mientras me despertaba de sopetón, con las lágrimas saltadas, el corazón a mil por hora e hiperventilando.-
Miré a mi alrededor aterrada, dándome a entender que todo fue una aberrante pesadilla, todo estaba a oscuras, alguien apagó la luz de la lámpara que se encontraba en la mesita, intenté calmarme tratando de controlar la respiración para poder regularla. No logré volver a dormir después de eso, solo podía dar vueltas en la cama o mirar al oscuro techo de la misma, no sabía que hora era y tampoco quería saberlo, pero al no tener una ventana que me advirtiera si ya era de día o de noche, no me quedó más remedio que mirar la pantalla de mi móvil.
Genial, eran las putas cinco de la mañana... Menuda primera noche de mierda me esperaba, evidentemente estaba medio muerta cuando la alarma del dispositivo sonó haciendo eco en la habitación, la apagué y salí de la cama a rastras, podía haberme quedado ahí porque sabía que no iba a salir hasta la hora del almuerzo, pero debía mantenerme despierta para ver si me cansaba lo suficiente y así poder dormir la noche entera del tirón.
Las siguientes semanas pasaron lentamente hasta que me di cuenta de que ya llevaba unos tres meses y medio viviendo en el sótano, de vez en cuando visitaba a Seras y a los demás, aunque no siempre coincidía con Alucard, eso me daba a entender de que realmente estaba molesto por la decisión de Lady Integra, bueno... A mi tampoco me agradaba la situación, pero no era mi culpa. A veces me trataba con indiferencia o me ignoraba y se largaba a saber donde, desapareciendo sin más, no necesitábamos ser los mejores amigos del mundo, pero teníamos que convivir le guste o no.
Una noche, harta de su comportamiento tan repentino, decidí salir de mi habitación para hablar con el y aclarar el asunto porque me pareció escuchar sus pasos en sus aposentos, pero cuando lo hice pude percatarme de que no estaba ahí, a si que decidí volver a entrar, encendí el fuego de la chimenea y me tiré en el sofá, me puse de lado mientras me tapaba con una manta para mirar las cálidas llamas y escuchar el crepitar de la madera por el contacto con éstas.
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Love in the bloody madness (Alucard y tu).
Fanfiction"Cuando tengas miedo, imagina un lugar en el que te gustaría estar, uno muy seguro, uno donde nadie puede hacerte daño, no hay gritos, solo hay calma... ¿Cuál sería?" "Uno junto a ti, no me importa donde, como si pasan siglos hasta estar de nuevo a...