Sara no dejaba de dar vueltas en la sala de espera, tenía taquicardia, deseos de vomitar y un ligero temblor en sus manos. Un pequeño mareo la hizo sentarse inmediatamente. Su hijo notó su malestar y se acercó.
-¿Mami, estás bien? ¿Por qué no vamos a comer algo? Mira que desde ayer no has probado bocado.
-No. Hasta que no tenga noticias de Mía, no quiero moverme de aquí.
-Amor. Tengamos fe en Dios. Nuestra hija es fuerte y va a salir bien, de todo esto.
-Sí, mamá, si no comes algo te debilitas y te enfermas. Y así cómo vas a cuidar a mi hermana.
-No. ¡Quiero ver a mi hija ya! -exclamó desesperada.
Martín se levantó de la silla. Estaba envuelto en sus recuerdos y temores. Permanecía callado, tratando de leer. Observaba cada página de su libro con detenimiento, pero las letras no tomaban forma. Las palabras se volvían garabatos sin sentido. Se distraía con cada persona que pasaba, con cada movimiento, hasta con el mismo aire que respiraba. Su cuerpo estaba allí, pero su cerebro no. Él, al igual que su alma estaban con Mía, con cada pensamiento, cada momento, cada recuerdo.
-Sara, espérame pregunto nuevamente, si saben algo.
Martín se acercó hasta una pequeña recepción del piso y le preguntó a una enfermera.
-Señorita, queremos saber sobre una paciente. Entró a cirugía hace mas de tres horas y no nos han dado información.
-¿Cuál es el nombre?
-Mía Jaramillo.
-Ok, deme un segundo le pregunto al doctor.
Unos Minutos después, que para todos fueron horas, volvió la enfermera.
-La paciente se encuentra en cuidados intensivos, su salud está muy delicada. Tiene pronóstico reservado -mencionó.
-¿Podemos hablar con el Doctor?
-Sí, en unos minutos estará con ustedes, está examinando a otro paciente.
Escuchar esa noticia, les daba una luz de esperanza. Aunque Mía continuaba con vida, no sabían en qué condiciones estaba y esto, les preocupaba. La ansiedad los estaba llevando a un estado de locura. Por una de las puertas de cirugía salió el doctor. Al verlo, los cuatro se levantaron de sus sillas y fueron a su encuentro.
-¡Doctor! ¿Qué pasó? ¿Cómo que Mía está en cuidados intensivos? -preguntó Sara, casi gritando.
-Sí, en medio de la cirugía sufrió un paro cardio respiratorio, le hicimos una resucitación cardio Pulmonar (RCP) y ahora se encuentra en cuidados intensivos, estamos esperando su evolución. Por ahora solo nos queda esperar. Respecto al tumor, les cuento que logramos extraerlo del todo, mandamos la muestra a patología, allá se tardarán de tres a cinco días. Es bueno que se tranquilicen y vayan a su casa a descansar, si nosotros tenemos alguna noticia, nos comunicaremos con ustedes.
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Pinceladas de Recuerdos
General FictionMía es una mujer que a sus veintiséis años de edad descubre que tiene una enfermedad, posiblemente incurable, así que decide hacer un alto en el camino y vivir cada día como si fuera el último. "Carpe dieum, quam minimum credula postero" ( Aprovecha...