Capítulo 11

69 15 4
                                    

— ¡Paraguay vení a ver esto!.—gritó el uruguayo desde la sala.

El paraguayo escuchó aquel llamado e inmediatamente fue a donde el menor quien miraba la televisión.

— ¿Qué pasa Uru?.—preguntó sentandose a su lado.

— Estás en la tele.—respondió directamente, el de cabellos rojos giró la cabeza para ver la pantalla mostrando la última foto que un paparazzi le había tomado, cuando salía con Taiwán de la comisaría cuando China se había retirado.

A su suerte, la foto fue recortada dejando solo a Paraguay para la vista de los televidentes.

—Claro... no me sorprende que la editaran.

—¿Por qué la editarían?, seguro fue por algo.

—En la foto original, Taiwán está a mi lado pero la editaron porque saben que esa foto puede meterme en posibles problemas.

—Ahhh con razón. En fin, esta vida de diva que llevas es un poco estresante por lo que veo.—decía mientras cambiaba de canal.

Paraguay solo se quedó viendo como pasaban los canales, sin decir nada, empezó a preguntarse, ¿Cómo su vida había terminado así?, ¿Por qué los fotógrafos cobraban miles por una foto de él?, ¿En qué momento se volvió tan popular?.

Primeramente, una razón sería su historia que deja mucho que admirar. Antes de la guerra de la Triple Alianza, el tricolor tenía determinación y gran manejo de sus recursos que lo llevó a estabilizar y aumentar su economía hasta el punto de colocarlo por en cima de todos.

La guerra había terminado con aquella gran nación que lo poseía todo, a parte de riquezas, población y tierras, perdió su empoderado estatus que todos respetaban, admiraban y que algunos envidiaban.

A pesar de toparse con tantos conflictos y obstaculos él seguía adelante, cayó varias veces pero nunca quedó en el suelo. Si otros países pueden estar bien, económica o anímicamente, ¿Por qué el no puede estarlo también?, eso era algo que Paraguay tenía, luchar sin rendirse por lo que ahnela.

Pocos lo conocen bien, desde pequeño mantuvo un perfil bajo, para pasar desapersivido.

Ahora bien, en la actualidad es un país estable con tantos recursos para ofrecer.

Otra de las razones serían sus ojos de un color verde claro, solo tres países más los tienen iguales pero con distintos tonos.

También al ser el país donde nació una de las pocas chicas que quedan en segundo lugar en el Miss Universo y hasta ahora ser una modelo famosa, causaba mucha curiosidad en el público.

No era el único al que los paparazzis perseguían, de hecho, a todos los países, ya que, al estar relacionados con los humanos, estos se interesaban bastante en estos representantes con cualidades y formas únicas de llamar la atención.

Paraguay salió de su trance al oír el tono de llamada del celular de su hermano.

—Hola Arge, ¿Pasó al-quedó en silencio al ser interrumpido-Sí... estoy con Paraguay, ¿Por?.

El nombrado abrió más los ojos al escuchar su nombre.

—Querés hablar con él en persona entónces... bueno, le digo, chau.—colgó la llamada observando al mayor.

—¿Está todo bien?.

—Arge quiere que solo vos vayas mañana en su casa para las cuatro de la tarde, según él tienen cosas de qué hablar.

El paraguayo frunció el seño confundido, Argentina quiere hablar con él, ya que lo ha citado a su casa ha de ser para discutir un tema serio.

—Que raro... no tengo idea de algo que pueda ser tan importante como para ir a su casa respectivamente.

—Él sabra, tampoco tengo idea.

—Mañana para las cuatro.—habló en un susurro.— ¿Te gustaría ir a tu casa así te dejo de paso o aún te quedás?.

—Me quedo.—confirmó serio.—Alguien tiene que quedarse a cuidar la casa ¿No?, tus guardias te acompañarán y yo me quedaré con los sirvientes.

Antes de responder pensó un poco en las palabras del menor.

—No veo porqué no, pero no los trates como enclavos ¿Ok?.

—¡Lo que digas!, gracias, pary.—sonrió alegre contagiando al mayor.

(...)

Llegada la noche, ambos países se encontraban cenando en el jardín para aprovechar de la hermosa luna llena que los alumbraba junto con la iluminación de la casa.

—Nunca me gustó el pepperoni en la pizza, fue buena idea reemplazarla por piña.—mencionó dando un bocado a su comida.

—¿Cómo te va gustar?, yo te dije que los tomates eran mejores.—dijo quitando toda la piña de su trozo dejándola en un platito.—El chef solo te dió el gusto porque sos mi hermano.

—El único que si me entiende.—soltó un falso sollozo ocultando su sonrisa victoriosa.

—Si no hubieramos usado esta piña en la pizza, estaríamos tomando licuado...

—Ay bo' tomale una gaseosa y se te pasa.

Paraguay soltó una risa, contagiando al de franjas. En un momento el primer nombrado sacó su celular para ver la hora, marcaban las nueve de la noche.

—Debemos entrar ya, se hace tarde.

—Ahg, bueno, te ayudo a llevar la mesa.

Juntando fuerzas levantaron la mesa y entraron adentro con ella, sin antes cerrar la puerta con llave.

El guardia les dió las buenas noches mientras subian las escaleras a sus respectivas habitaciones.

Cerró todas las puertas y apagó las luces, para dirigirse abajo donde todo el personal dormía.

Mañana debía llevar al paraguayo a la casa del argentino.

¿De qué querrá hablar?.

𝙋𝙤𝙥𝙪𝙡𝙖𝙧 ¿𝙔𝙤?  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora