Mis gritos hicieron eco cuando el corazón de Asier se detuvo. Nymfi trató de alejarme pero las sombras me rodearon protegiéndonos. Tobias y Nymfi quedaron fuera cuando mis manos temblaron y me arrodille al lado del cuerpo inerte pero caliente de Asier.
Una nube negra controló la hemorragia y mis manos buscaron su pulso inexistente.
No.
No.
Me negaba.
Me estaba muriendo, una parte de mi se estaba muriendo y quería gritar hasta morir con él.
Traté de recordar, y coloqué mis manos en su pecho, una, dos, tres veces empujé, su corazón no latía. Debía reanimarlo, debía ... él debía vivir.
La tierra tembló y mis escudos bajaron.
—Haz algo. —le rogué a Tobias.
Tobias me miró con el perdón en sus ojos. —-¡No te quedes ahí! ¡Haz algo!
Las manos de Nymfi me arrastraron lejos y un hombre de piel azúl se puso donde estaba yo antes. Tobias trató de reanimar a Asier, el hombre lo examinó y yo me zafé un instante de los brazos de la pálida para volver a ser atrapada, mis manos temblaron mis piernas no podían soportar el peso. Un frío negro me inundó y cuando volví a ver estába en mis aposentos. Me habían transportado de vuelta.
Golpeé a Nymfi con todas mis fuerzas y lloré.
—-¡no! ¡Llévame de vuelta!
Me dolía el pecho, un nudo en mi garganta se negaba a dejarme hablar y yo sangraba por dentro. Mi alma estaba rota.
Nymfi atrapó mis manos pero ahora mi poder irradiaba y la empujé hasta que tropezó.
—-¡te lo ordeno! No puedes hacerme esto. —-Lloré.
Un segundo más tarde el hombre azúl apareció a un costado. Sus manos manchadas en sangre, ojos como glaciares y orejas puntiagudas.
Tenía el corazón roto, estaba agonizando cuando el hombre me pasó una mano por el cuello. Sus ojos me miraron fríos y distantes pero sus manos fueron suaves cuando sentí una ligera presión en la nuca y todo se volvió negro.
→...→...→
Tomé una gran bocanada de aire y me levanté de golpe sintiendo un potente mareo. Mis manos temblaron al apartar las sábanas y desorientada caí de la cama.
—-¡Mi reina! — Una exclamación femenina.
Se me nubló la vista unos segundos y cuando volví a ver descubrí a una pequeña doncella de piel oliva arrodillada a mi lado. Sus manos me acunaron el rostro con cuidado, mi corazón bombeaba con fuerza ensordecera, podía sentirlo en las manos.
—-Asier ... —Mi voz salió débil, ronca. La doncella abrió la boca mirando mis temblorosas manos.
En un parpadeo Tobias apareció en la puerta, se había cambiado de ropas. Con una chaqueta negra y pantalones anchos se acercó.
Mi poder se abrió con ira sobre él deteniéndole. Las sombras rodearon su cuello y lo elevaron hasta que sus pies dejaron de tocar tierra.
La doncella frente a mí exclamó y soltó mi rostro, pero mi mirada estaba en el de cabello rapado. Su mirada volviéndose roja en sangre mientras las sombras apretaban más y más su cuello robándole la vida.
—- ¡Mi reina, Asier, está vivo! —La doncella exclamó asustada.
Una puñalada a mi corazón, una broma de mal gusto. Las sombras gritaban en agonía, me retumbó la cabeza y Tobias cayó al suelo tosiendo en busca de aire.
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Hija de la luna (1)
Fantasy-No se si debería besarte o matarte ¿Qué esperaba que le dijera? ¿Me atrae el cabrón que me apuñaló y me llevó al borde de la muerte? ¿Quisiera volver a probar sus labios? ¿Crees que siente algo por lo que hizo? No iba a preguntar nada de eso, porq...