25 la primera vez

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Tobias estaba de brazos y piernas cruzadas, Nymfi como una estatua al lado de la puerta mientras el general terminaba de contar su estrategia.

Asier le había dado algo más de información sobre el Rey de Fos. Al parecer estaba moviendo fichas a espalda de la reina y princesa, seguramente buscando la unificación del continente sin heredera. Nadie era tan estúpido para pensar que un matrimonio arreglado entre los reinos de luz y oscuridad tenía algo que no fuera tensión. Pero hasta qué punto se detestaban los reyes no estaba claro.

El rey estaba controlando las Aimas, ahora diciéndo que era la Corte de La noche la encargada de esos asesinatos en Skotadi.

Nadie nos creería si dijéramos lo contrario.

Ahora nos habíamos vuelto el enemigo.

—- Mientras no entren en nuestras tierras ... — Dijo el general rascándose la barbilla. Se sentó en la silla frente a la mía y sus ojos recorrieron la estancia. — Debería recoger a mis hombres y cerrar fronteras.

—-Tienen el libro de mi padre. — Las palabras sonaron extrañas en mi boca.

El de piel verde pareció exaltarse. Con un movimiento de manos el mapa voló de la pared a la mesa delante de nosotros dos.

El continente de Neráides estaba dibujado en tinta roja. Separando las fronteras entre los dos reinos y al frente seencontraba el territorio de La Corte Noche.

Los dedos arrugados del viejo se posaron en la frontera entre Neráides y nosotros.

— Si no subimos las fronteras, lo más probable es que los ataques del reino skotadi también comiencen a expandirse por nuestro territorio. —Explicó y su dedo se deslizó apenas unos centímetros. — Aquí hay pequeños pueblos desprotegidos, los atacarán antes de llegar al castillo, pero los daños pueden ser irreparables.

—Alza las fronteras, pero no podemos dejar a Vasilissa desprotegida, ella puede ser el futuro de Neraides y la paz entre continentes. —Aseguré.

La princesa podía ser muchas cosas, pero estaba segura que nunca me atacaría para matar. Quizás, si nos sentábamos en una mesa a hablar a solas un rato podríamos encontrar de vuelta nuestra amistad. Pero no sería así.

El general asintió y Tobias me miró con preguntas.

—Vasilissa nunca trató de matarme, aún cuando comenzó todo, la princesa solo se defendió —Le dije.

Vasilissa me había tirado dos dagas, directas a las piernas. Podría ser una amistad tóxica, pero ninguna queríamos vernos muertas.

— Aunque fuera cierto, la princesa todavía no tiene ningún poder, por no hablar que sus salidas son siempre acompañadas. —Tobias añadió.

Crucé los brazos y el suave vestido me abrazó. Tobias se había vuelto un incordio, cada día más. La pálida chasqueó la lengua cuando vio mi mirada y el general se enderezó temeroso de presenciar otra escena de ahorcamiento.

— De acuerdo, entonces qué propones, ¿no hacer nada?

— Estoy de acuerdo con la reina — Intervino Nymfi. Todos los ojos volaron a ella. — No podemos dejar el secreto de nuestro antiguo rey en Skotadi, tampoco es moral dejar a inocentes morir, y un acuerdo con la futura heredera nos ayudará en el futuro.

La tensión en el cuerpo de Tobias subió y casi pareció que iba a arrinconar a Nymfi, pero la mirada de la mujer brilló en desafío y sus pasos se detuvieron.

→...→...

Acabé frente a la puerta de Asier. Una habitación en la segunda planta del pasillo que normalmente utilizaban los invitados, y ahora habían arreglado para él.

Hija de la luna (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora