31.LUKE

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Después de sortear a todos los centinelas con nuestras bromas, después de reírnos con las desgracias que les producíamos y después de aguantar las peleas de Carly y Freya llegamos a la gran estepa.

La pregunta que me formuló Ness fue simple, pero difícil de explicar para mí. Antes de ser una estepa, aquello era un campo lleno de hierba fresca, de plantas y árboles, de lagos y charcas donde había vida.

Ahora no había nada, ni vegetación, ni animales, solo tierra y no precisamente húmeda. Tierra seca que hacía ruido cuando la pisabas.

Otra de las preguntas era por qué ya no era como antes.

—Hubo una guerra mágica cuando yo era pequeño. En aquella guerra lucharon mis padres, desafortunadamente los dos murieron luchando por lo que más querían, su tierra, Endelan. Yo era demasiado pequeño, así que el gran mago se hizo cargo de mí, ya que era buen amigo de mis padres y me enseñó todo lo que sé —expliqué.

Teníamos que encontrarle, con su sabiduría nos diría que teníamos que hacer para poder derrotar a Keisha. El problema es que yo ya no sabía dónde se encontraba. Hacía un año y medio acabé la escuela de magia y salí en busca de aventuras, a él no le pareció correcto y no volví a saber de él. Ni yo, ni nadie. Dejó la escuela en manos de la familia de Ron y se fue. Nadie sabe a dónde. Dicen que más tarde volvió.

Esa era nuestra misión, encontrarle y preguntarle. Iba a ser difícil, pero no imposible. Lo conseguiríamos.

Todavía nos faltaba una hora de estepa por recorrer. Decidí ir a hablar con Carly, pues la veía molesta.

—Hola —saludé amablemente.

—Hola —dijo ella en una voz tan baja que tuve que esforzarme por entenderla.

—¿Qué tal estás? —pregunté también en voz baja.

—No muy bien —me respondió.

—Ya sabes que soy como un hermano para ti, puedes contármelo —la dije para convencerla de que me lo dijera.

—No sé qué le habrá dicho Freya a Ron, pero se ha enfadado conmigo —me contestó.

—Tal vez sea por la conversación que tuviste con Ness en la biblioteca, no estuvo bien decir eso —le expliqué.

—¿Qué conversación? ¿Acaso hay biblioteca en el templo? —me preguntó extrañada.

Demasiado extrañada como para que estuviera mintiendo.

Su pregunta me hizo dudar, en ese momento no estaba seguro de que hubiera una biblioteca en el templo. Decidí preguntarle a Branwen.

—Dame un segundo y ahora vuelvo —le dije a Carly.

—Eh, vale.

Fui con Branwen.

—¿Qué pasa Luke? —me preguntó en cuánto me vio.

—Una pregunta, ¿hay biblioteca en el templo? —dije.

—No, ya sabes que no. La biblioteca está en el pueblo —. Me quedé de piedra.

Algo estaba pasando y no me gustaba nada.

Volví con Carly.

—Carly, aquí hay gato encerrado. No hay biblioteca en el templo. Tiene que haber sido una confusión.

—Sí, pues díselo a esos dos tortolitos —noté la rabia en sus palabras.

—Iremos viéndolo, ¿vale? —le dije para calmarla.

Asintió.

Ya podíamos divisar Endelan a lo lejos. Fui a contárselo a Ness, a explicarle lo de la biblioteca, pero ella no estaba. Ni ella, ni Carly, ni Ron, ni Freya, ni Branwen. De repente estaba solo. Me alarmé y empecé a mirar a todos los lados buscándoles. Ni rastro de ellos.

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