El Último Tren A Casa - MLP:FIM

- Partida de Ajedrez -

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Nota de autor: ¡Hola a todos! Espero que lo disfruten.

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- Acto VI, Escenario XVII -

No podía dejar de pensar en ti.

Como dije anteriormente, tenía miedo de embarcarme realmente en nuestra gran relación, pero antes había llegado al punto de mi miseria en el que simplemente no podía soportar la angustiosa distancia entre nosotras, y las revelaciones de la Princesa solo lo empeoraron. ¡Estaba loca por ti, y no sólo por cariño! Temía volverme... ... Bueno, está bien, no loca, pero... al menos, extasiada si no arreglaba las cosas.

Te encontré en la biblioteca porque por supuesto que lo haría. ¿Te encontraría alguna vez, no lo sé, en un salón de belleza? ¿Quizás el spa? ¿Compras? ... ¡No, pero una yegua podría tener sueños locos e imposibles!

Te encontré en la biblioteca, husmeando en algo con desánimo. Pasaste las páginas a cámara lenta y ¡parecía que casi te aburrías! O, tal vez, eras como yo y los gélidos viajes en tren de la mañana y de la tarde estaban pasando factura a tu bienestar.

Miré dentro de la habitación y te vi levantar la vista durante una fracción de segundo antes de mirar inmediatamente tu libro con extraordinario interés. ¿Es extraño decir qué fue tranquilizador? Si verdaderamente no te importara, no habrías hecho tal espectáculo al demostrar que no te importaba.

Entré a la habitación, cerré la puerta detrás de mí y miré a mi alrededor en busca de otros ponis. Quería privacidad para que las cosas salieran bien. Desde el otro lado de la biblioteca, me robabas miradas furtivas, que no eran muy furtivas considerando que las notaba, pero me desvío.

No fue hasta que estuve a tu lado y cortésmente me aclaré la garganta que tú... ¡no, déjame decirte esto! ... ¡No me importa si es vergonzoso para ti! ¡Pensé que era adorable!

No fue hasta que estuve a tu lado y cortésmente me aclaré la garganta que te volteaste y me "parpadeaste con curiosidad".

-Oh, Rarity... -dijiste, cerrando tu libro y mirándome fijamente. -Estoy ocupada con mis lecciones. No puedo hablar ahora. -mentiste entre dientes, ¡como la hermosa mentirosa que eras! ¡Lecciones con Celestia! ¡Ja!

-No tardaré.

Me consideraste un momento antes de ceder. -... Está bien. ¿En qué puedo ayudarte?

Yo dudé.

Verás, sabía que tenía que actuar con delicadeza. Se necesitaría el máximo tacto, sensibilidad y diplomacia para hacer las paces con alguien de tu intelecto. Tuve que tratarlo como nada más y nada menos que una partida de ajedrez de alto nivel.

-¡Twiliiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiight! -Dije lastimeramente, haciendo un espectáculo de puchero, con mi labio inferior sobresaliendo.

El ajedrez es tremendamente aburrido.

Te quedaste desconcertada. -¿S-Sí?

-¡Twilight, simplemente no puedo soportar esto más! -continué desesperadamente, moviéndome ahora hacia la mesa, recostándome sobre ella y enterrando mi cara entre mis cascos.

-¿E- soportar qué? -preguntaste, ahora alarmada, claramente dividida entre mostrarte distante o confesar total y absolutamente tu devoción.

Sí, eso es exactamente lo que estabas sintiendo. ... Sí, te conozco mejor que tú.