🍉On a street in L.A🍇

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Pasaron algunas semanas desde aquel incidente he inconscientemente me cachava a veces pensando en los ojos de aquel hombre, algunas veces busqué en internet y vi su perfil de Instagram, pero decidí concentrarme en la uni y mis cosas más importantes.

Tenía una semana de descanso de la universidad y había planeado irme a L.A a visitar a mi papá quería relajar y escaparme de esta cuidad, había invitado a Samantha para irse conmigo y así podríamos salir y divertirnos en un lugar nuevo.

Saldríamos de New York el viernes en la noche después de salir de las aulas por lo que ya había preparado mi maleta con todo lo necesario. Samantha durmió ese día en mi apartamento y me volvió loca hablando de su nuevo ligue el cual solo era para follar porque esa no se enamoraba de nadie.

Cabe destacar que mi vida amorosa no era la gran cosa, solo tuve noviecitos de colegio y la verdad era siempre yo quien no llevaba las cosas con seriedad y en este momento no pensaba en esos temas , pero tengo que admitir que nunca me llamo la atención las personas de mi edad siempre fantasie con hombres mucho mayores y ya había tenido algunas experiencias de algunos encuentros en salidas con Samantha y no puedo negar que era otro nivel pero nadie se quedó y yo me olvidaba rápido mi foco era otro no tenía en mis planes enamorarme en este momento ni más adelante.

Salí de la universidad al mediodía y le avisé a Sami que nos encontráramos para almorzar antes de dirigirnos al aeropuerto. Ella estaba esperándome en el parque cerca de mi casa, el mismo lugar donde había tenido mi desafortunado encuentro con aquel tipo que parecía estar en todas partes por esos días. Cerca de casa habían varios restaurantes pero mi favorito era el de comida colombiana y como buena colombiana obvio me pedí mi bandeja paisa.

—Tu sueño de un día está aquí!—exclamó Samantha, mostrándome la pantalla de su teléfono donde se veía un video de Pedro Pascal en algún evento, luciendo una sonrisa de oreja a oreja. Estava increíblemente guapo. —Mata oportunidades—añadió con un tono juguetón.

—"¿Qué oportunidad, la de atropellarme con una bicicleta? No pues ¡Vaya honor! Ahora voy a salir gritando que fui chocada por Pedro Pascal..."—respondí con un toque de sarcasmo, rodando los ojos.

—Cálmese mamita, no se alteres. ¿Por qué le tienes tanto resentimiento al tipo?", preguntó Samantha, cubriéndose la cara con el teléfono.

—No le tengo resentimiento, no lo conozco lo suficiente para odiarlo, pero si vuelvo a cruzármelo, me pagará por mi blusa—repliqué con determinación.

Samantha se tapó la cara con el teléfono, visiblemente desconcertada.

—¿En serio, Bianca? ¿Tanto alboroto por una blusa? Hermana, eres exagerada, ¿sabes?—

Rodé los ojos cuando el mesero, al que habíamos pedido nuestras comidas, nos trajo los platos.

—Deja ya el tema de Pedro Pascal, por favor. Vamos a comer que Los Ángeles nos espera—dije con una sonrisa, guiñándole un ojo a Samantha mientras comenzaba a comer. Ella suspiró, sabiendo que no valía la pena discutir conmigo. Como ella misma diría: "Soy la menos conflictiva y la más sincera".

Después de almorzar y dar un paseo, ambas regresaron a casa al final de la tarde para recoger sus maletas y dirigirse al aeropuerto con destino a Los Ángeles. Bianca nunca imaginó lo que le esperaba al otro lado. A veces, parece que el destino cruza las vidas de personas solitarias, conectándolas con un hilo rojo invisible que puede estirarse a grandes distancias pero nunca romperse. Por alguna razón misteriosa, Dios mueve sus hilos y siempre termina uniendo lo que debe estar unido, incluso cuando las piedras parecen bloquear el camino.

El vuelo transcurrió sin contratiempos; Samantha durmió durante todo el trayecto, mientras yo aprovechaba el tiempo para leer y escuchar música. Al llegar a Los Ángeles alrededor de las 9:00 de la noche, mi papá nos esperaba afuera del aeropuerto, recargado en su auto. Su sonrisa se amplió enormemente cuando me vio.

🌸After him I was never the same🌸 (Pedro Pascal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora