🌸After him I was never the same🌸 (Pedro Pascal)

💗🔐📝Love you for a thousand years📝🔐💗

...El tiempo se detiene

Todo en ella es hermoso

Seré valiente

No dejaré que nada me la quite

Lo veo frente a mí

Cada suspiro y cada hora para llegar a este momento...

🔐🩵💫🔐

Me desperté lentamente, sintiendo el calor del sol en mi rostro y el aroma salado del mar llenando el aire. Al girar, noté que Pedro ya no estaba a mi lado. Me incorporé y, al hacerlo, vi una nota sobre la almohada:

"Buenos días, hermosa. Tengo una sorpresa para ti en la terraza. Vístete y ven cuando estés lista.
Pedro."

Sonreí al leer sus palabras, sintiendo una mezcla de emoción y curiosidad. Me levanté y me fui al baño, tome una ducha rápida y vestí un vestido ligero y fresco. Mientras me arreglaba el cabello, la curiosidad  crecía dentro de mí. ¿Qué habría planeado Pedro esta vez?
Salí de la habitación y seguí el pasillo hasta llegar a la terraza del hotel. Al abrir la puerta, me encontré con una vista impresionante: el océano azul se extendía hasta donde alcanzaba la vista, el sol brillando sobre las olas y la brisa marina acariciando mi piel. En el centro de la terraza, una mesa estaba cuidadosamente preparada con un desayuno delicioso.

Pedro estaba allí, esperándome con una sonrisa radiante. La mesa estaba decorada con flores frescas y una vajilla elegante. Había una variedad de frutas tropicales, croissants recién horneados, algunos  quesos y embutidos, y una jarra de jugo de naranja recién exprimido. En un rincón, una cafetera francesa humeante prometía café aromático.

— Buenos días, mi amor —dijo Pedro, acercándose para besarme suavemente en los labios—. Espero que te guste la sorpresa.

— Es maravilloso, Pedro. Gracias por esto —respondí, mirándolo con gratitud y amor

Nos sentamos a la mesa, y Pedro comenzó a servirnos mientras la brisa jugaba con nuestros cabellos. El sonido de las olas rompiendo en la orilla proporcionaba una banda sonora relajante mientras compartíamos el desayuno.

— ¿Cómo dormiste? —me preguntó Pedro, ofreciéndome un trozo de croissant.

— Como un bebé, gracias a ti. La noche de ayer fue perfecta —respondí, tomando el croissant y probándolo. Estaba delicioso, crujiente por fuera y suave por dentro.

— Me alegra escucharlo. Quería que esta mañana fuera especial también —dijo, sirviéndome una taza de café.

— Lo has logrado. Todo esto es increíble —dije, mirando la mesa y luego a él.

Charlamos sobre nuestros planes para el día mientras disfrutábamos del desayuno. Pedro me contaba historias divertidas y anécdotas de sus viajes, y yo reía, sintiendo que cada momento juntos era un regalo.

— Estaba pensando en una caminata por la playa después del desayuno. ¿Te gustaría? —preguntó Pedro, mirándome con ojos llenos de cariño.

— Me encantaría. Suena perfecto —respondí, apretando su mano sobre la mesa.

Tomé un pedazo de pan y comencé a untarle mantequilla, mientras Pedro servía dos tazas de café aromático. Después de dar un sorbo, miré la variedad de alimentos sobre la mesa y vi una pequeña fuente con rodajas de aguacate perfectamente cortadas.