Bianca es una jovem estudiante de periodismo de 22 años que sueña en convertirse en una gran y reconocida periodista, viajar por el mundo y conocer un amor que la haga vibrar.
Lo que ella no imagina que en una de esas tardes de caminatas por Centra...
Eres tú mi estrella Misteriosa y bella Eres dulce beso Que me tiene preso Eres suave y brisa Como una caricia Eres piel y encanto Que me gusta tanto Eres luz de plena luna Mágica como ninguna Eres gota de rocío Dulce como agua de río Quisiera una noche eterna Para guardar tu calor Y tengo la vida entera Para entregarte mi amor Hacerte mi compañera Ser bálsamo de tus penas Amarte en cada latido Que tiene mi corazón...
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Hoy era un día especial, Pedro y yo cumplíamos 6 meses de conocernos y estar juntos aunque por su trabajo no podríamos vernos. Había sido un día largo y agotador. Mientras me dirigía a la puerta tras la llamada de él, no podía evitar sentir curiosidad. Cuando abrí la puerta, vi un gigantesco ramo de rosas rojas, tan impresionante que me dejó sin aliento. Mis ojos se llenaron de lágrimas de alegría y sorpresa. Tomé el ramo con cuidado, disfrutando del suave aroma de las flores.
—¡Pedro! ¡Son preciosas! —dije con la voz entrecortada por la emoción, sin poder contener la sonrisa en mis labios.
—Hay algo más —añadió él al otro lado del teléfono. —Lee la tarjeta.
Mis manos temblaban, desdoblé el papel cuidadosamente. Tras unos segundos de silencio, comencé a leer el poema en voz alta, sintiendo cómo cada palabra resonaba profundamente en mi corazón.
"Llegaste a mi vida sin previo aviso, haciendo mucho ruido y rompiendo la imagen pasada que tenía del amor. Apareciste para darme calma y para callar a mis demonios. Te convertiste en ese punto medio entre la paz y el caos, pues, provocaste una revolución en mis neuronas y un desorden con mis emociones. Eres una serie de sentimientos encontrados, una calma con hermosos ojos color café, esa mirada que rompe mis silencios y los llena de sonrisas."
Al terminar de leer, mis ojos estaban llenos de lágrimas de felicidad. Me tomé un momento para asimilar todo, sintiendo una calidez que me envolvía.
—No sabes cuánto significa esto para mí. Gracias, de verdad —dije con sinceridad, mi voz temblando por la emoción.
—Quería que supieras lo importante que eres para mí, incluso desde la distancia —respondió él, su voz transmitiendo la misma calidez y amor.
—Te amo —susurré, sintiendo una oleada de emociones. Era la primera vez que se lo decía, y aunque no estaba frente a él, supe que era el momento adecuado.
—Y yo a ti —respondió él con una ternura que me hizo sonreír aún más.
Después de colgar, me quedé un rato en la puerta, abrazando el ramo de flores. Las palabras del poema seguían resonando en mi mente, recordándome lo afortunada que era de tener a alguien que me amaba tanto. Caminé lentamente hacia mi habitación, colocando las flores en un jarrón y situándolas en la mesita de noche. Cada vez que las mirara, recordaría este momento especial. Esa noche, me acosté con una sonrisa en los labios y el corazón lleno de amor. Aunque la distancia era difícil, sabía que nuestro amor era lo suficientemente fuerte para superarla. Y con ese pensamiento, me dejé llevar por el sueño, soñando con el día en que finalmente estaríamos juntos de nuevo, sin nada que nos separara.
