Capítulo XXI

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- Respondanme. -ordenó en un gruñido, mientras los observaba como si en cualquier momento acabaría con los dos en un abrir y cerrar de ojos, después de todo si podía hacerlo.

- Si, si, si... Pero no le hagas nada... -respondió al mismo tiempo la pareja, temiendo por la seguridad y el bienestar del otro.

- Perfecto, ahora ya está completa la pandilla. -habló sonriente, cambiando por completo su expresión, como si no hubiese tratado de matarlos con la mirada o con sus propias manos.

- Dijiste que no era una pandilla, sino un equipo. -reprochó molesto, ignorando por completo que Soobin y Jay lo estaban viendo y escuchando.

- Es prácticamente lo mismo, las pandillas hacen cosas malas, y nosotros vamos hacer algunas. -dijo ignorando el hecho de que JK estaba molesto.-

>>Así que en marcha chicos, tenemos que llegar a nuestro primer destino. -le ordenó a SB y Jay, volviendo a poner toda su atención en la pareja que tenía en frente.

De inmediato Jay y Soobin recuperaron la movilidad de sus cuerpos, Jimin los miró con una sonrisa en el rostro, esperando a que realicen algún movimiento en falso, para deshacerse de alguno de los dos.

Aunque de preferencia JM empezaría con Soobin, ya que él parece ser el más rebelde de los dos, y al mismo tiempo parecía que haría cualquier cosa por su novio, incluso dar su propia vida.

Soobin lo primero que hizo al recuperar el control de su cuerpo fue tomar la mano de Jay, tratando de calmarlo.

Pero al mismo tiempo estaba preocupado y asustado, no sabía que mismo hacer, observar durante un par de minutos a su novio, tratando de encontrar una forma de salir de allí y escapar, aunque sea Jay.

Y apesar que lo pensó una y otra vez, no había manera de que ambos salieran ilesos.

En el rostro de Jimin se dibujo una pequeña sonrisa, cuando SB en silencio se giró y puso de nuevo en marcha la furgoneta.

Y Jay durante el resto del viaje no aparto la mirada del rostro de su pareja, manteniéndose en silencio también.

Varias horas después, llegaron a la frontera entre Corea del Sur y Norte.

Cuando los militares los detuvieron, antes de que estos lo vean JM regresó a su primera forma, no sin antes susurrarle un par de cosas más a SB y Jay.

Uno de los militares se aproximó a la furgoneta, se acerco a la ventana del lado del conductor y desdé ahí barrió con la mirada lo poco que podía apreciar del interior del vehículo, incluyendo a quienes estaban allí dentro.

El soldado luego de un par de minutos en silencio le pidió a Soobin su identificación, cuando éste se la dió, el hombre le dijo que el señor Lee se había comunicado con ellos para informarles que debían dejarlos pasar, que solo estarían de paso por dicho país, ya que su destino era otro.

Luego le devolvió su identificación a SB y los dejaron continuar su camino, y así lo hicieron.

Nadie hablaba dentro de aquella furgoneta, en donde reinaban un silencio sepulcral, el cual solamente era interrumpido para dar aviso de alguna parada rápida, ya sea en busca de comida, para cargar combustible o ir al servicio.

Y una que otra vez para avisarle a Taemin su ubicación.

Así paso el tiempo hasta que volvió a caer la noche, ya todos estaban cansados de estar sentados en esa furgoneta, y hacer unas pequeñas paradas para estirar las piernas ya no era suficiente.

Necesitaban descansar y dormir bien.

Pero no podían pasar la noche en ningún hostal de dicho país, de hecho debían abandonar lo antes posible.

Los Hijos de la Diosa Bastet: KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora