Capítulo III

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[Narra Jungkook]

Ya habían pasado varias horas desde que la familia Chou se fue de viaje y era de noche, no había absolutamente nadie, a excepción de un pequeño gato.

- Hoy es tu día de suerte, JK. - me anime a mi mismo, acomode mi gorra negra y me retire del lugar en el que me encontraba, no quería levantar sospechas en los vecinos de aquel sitio.

Mi nombre es Jeon Jungkook, soy un joven, sexy, guapísimo, mamadísimo, seme-macho-alfa y un humilde ladrón.

Llevo cinco semanas planificando cómo y cuándo saquear la mansión de los Chou, pero no es hasta hoy que se me presenta una oportunidad tan perfecta como esta.

La razón por la que llevo tanto tiempo planificando esto, es porque trabajo solo y lo hago así debido a que no confío en nadie más que en mi mismo.

Iba llegando al motel en donde me estaba alojando hasta que lleve a cabo mi plan. Al llegar a la puerta pude percatarme de que está estaba un poco abierta. Había alguien adentro.

- Shit, ¿tan rápido me encontró? - pensé.

Trate de retroceder para huir del lugar sin que nadie me vea, pero de repente escuché el sonido del seguro de un arma siendo retirado, y posteriormente siento como la colocan detrás de mi cabeza, apuntándome.

- Vamos conejito, entra a tu madriguera. - farfulló un hombre a mis espaldas, empujándome la cabeza con la punta de su arma.

Al ingresar al cuarto solo estaba encendida la luz de la pequeña lámpara que estaba en la mesita de noche, junto a la cabecera de la cama, pero apesar de la escasa luz pude reconocer la silueta de quien estaba sentado en el borde la cama.

- Hola JK, cuanto tiempo sin vernos. - tenía ganas de escupirle en la cara, pero debía aguantarme las ganas, solo con intentarlo terminaría en un hoyo con una bala en el cráneo.

-Ey Taemin, ¿cómo has estado? - cuando se trataba de Taemin, la hipocresía y yo, íbamos siempre de la mano. - Por poco y ni te reconozco, amigo mío.

-Ah yo he estado muy BIEN, amigo mío.

Un excelente gancho derecho impacta en el centro de mi abdomen, haciéndome caer de rodillas al instante y dejándome sin aire por unos segundos, claro sin contar el gran dolor que sentí al recibir el inesperado golpe.

- ¿Qué tal has estado tú? amigo.

- eh... he estado... bien, gracias por... preguntar... - hijo de tu... Maldigo el día en el que se me ocurrió pedirte tanto dinero prestado. - pero justo ahora... no me siento muy... bien que digamos... creo que comí algo... que me hizo daño...

La forma en la que conocí al infeliz de Taemin, obviamente, fue más mi culpa que suya. Digamos que fuí, doblemente estúpido.

Le debía mucho dinero a alguien, un conocido me dijo que Taemin podía prestarme esa cantidad o mucho más, así que fuí y le pedí prestado el doble, para saldar mi deuda y después malgastar la otra mitad.

Pero luego me enteré por las malas lenguas que Taemin, era un puto mafioso.

Llevo un par de meses huyendo de él, y al mismo tiempo tratando de encontrar la forma de conseguir su dinero.

También he escuchado por otras malas lenguas, que Taemin tiene la fama de hacer desaparecer a sus enemigos de bajo o igual rango que el suyo, y también a los deudores que no le pagan a tiempo.

Pero para suerte mía le agrado, o eso decía, solo espero que aún sea así, por lo menos por un día o por unas horas más, hasta que lleve a cabo mi plan, y logré saquear la mansión de los Chou.

Aún seguía en en suelo de rodillas abrazando mi abdomen adolorido, cuando Taemin se acuclilló frente a mi, me sujeto con fuerza del mentón y me obligó hacer contacto visual con él.

El muy infeliz estaba tan sereno que incluso tenía una ligera sonrisa en su horrible rostro, mientras que yo estaba en el suelo, adolorido y sudando por los nervios, ojo, sudando por los nervios no de miedo, un seme-macho-alfa como yo, nunca siente miedo.

- Oye Kookencio, ¿cuándo planeas pagarme? - y mi señal de esperanza de vida apareció, nunca en mi vida creí que estaría gritando internamente de alegría por escuchar un puto sobrenombre. - O seguiremos jugando a las escondidas otro rato más, ¿eh?

- ¿Cómo crees?, yo jamás me escondería de ti, es solo que para llevar a cabo un buen trabajo me gusta investigar muy bien,

>>y por eso cambiaba de residencia muy seguido. -le respondí tratando de no reír como estúpido frente a este loco y crea que le estoy tomando el pelo.- y sobre el pago, te prometo que mañana a primera hora te llevaré todo tu dinero.

- Ah, por eso me agradas, sabía que tú no estabas huyendo de mi, eres un muy buen chico.

Se Taemin soltando mi mentón y dándome un par de palmadas, un poco fuertes en mi mejilla, mientras sonreía de una forma un poco escalofriante (seme-macho-alfa sin miedo carajo) y se ponía de pie.

- Bueno me voy, nos vemos mañana, Kookencio.

- Por supuesto, mañana a primera hora, sin falta en tu bar favorito. - le dije.

Mientras me ponía de pie, ví como Taemin salía por la puerta, que aún se encuentra abierta, pero lo que llamó mi atención fue que el chico que estaba frente a mi, aún no se movía de su lugar.

- No párese que parpadeara - pensé y me acerqué para observar si por lo menos respiraba. - claro que no me acercaré demasiado, solo quiero ver si sus fosas nasales se dilataban, aunque sea un poquito.

- ¡Por cierto, Jake quiere darte su autógrafo! - gritó Taemin desde el pasillo del motel.

- ¿Darme su qu...? - bendito sea el segundo en el que me distraje y volteé para hablarle al infeliz de Taemin, y puto este mocoso por tener un buen puño izquierdo.

Tras recibir el golpe hice todo lo posible para sostenerme de algo y no caer al piso. Ya era suficiente con los dos golpes que había recibido, como para sumarle el dolor por estropear mi hermoso cuerpo en el suelo.

Para cuando levante la mirada ya me encontraba solo en el cuarto del motel, se habían ido.

- infelices, ojalá nunca más se me vuelva a ocurrir involucrarme con gente así.

- ¿Qué hora es? -me pregunté a mi mismo, mientras sacaba mi celular del bolsillo de mi chaqueta de cuero negro.- 21:25pm, tengo dos horas para descansar y ponerme hielo en el pómulo.

Lentamente y con mucho cuidado camine hasta el mini-refrigerator, que estaba frente a una pared cerca de la cama.

Tome una bolsa con hielos que ahí había y me dirigí a hacía la cama, y en ella me recosté con cuidado, luego puse la bolsa con hielos sobre mi pómulo golpeado y allí me quedé.

Solo espero que esta noche no empeore más.




















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Los Hijos de la Diosa Bastet: KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora