Jimin con superioridad veía como el cuerpo de su hombre se movía a SU voluntad, mientras que Kookie lo observaba estupefacto y sorprendió.
- Dame tu mano izquierda. - rugió lo más suave que pudo, cuando su hombre se detuvo justo en medio de sus piernas.
- ¿Cómo para? - cuestiona curioso y asustado.
- Dame tu mano. - ordenó y de nuevo el cuerpo de Kookie se movió respondiendo al decreto del felino.
- ¿Qué clase de brujería le hiciste a mi cuerpo?
- ¿Me estas llamando brujo, ahora? - demanda, mientras toma la mano de su hombre y en vuelve sus piernas alrededor de la cintura ajena.
- No, no. Nada de eso, lo que quise decir es, ¿cómo le haces para que mi cuerpo se mueva solo, cada vez que me hablas en ese idioma que no entiendo? - contesta nervioso.
- Eso te lo responderé después, cuando este sereno. Además, tengo algo más importante que hacer justo ahora. - se deleita acariciando con delicadeza la mano de su hombre, luego la acercó a sus labios y beso el dorso con suavidad.
- Uy, vas a hacer que me sonroje. - se estremece con una sonrisa nerviosa.
Jimin sabía que su Kookie estaba asustado, podía olerlo, pero le conmovía el corazón ver como este sonreía tratando de calmarse a sí mismo.
Fue entonces cuando JM supo que había encontrado a la persona correcta para él, su futura pareja, alguien que, a pesar de conocer su lado más oscuro, no le tenía miedo.
- Tenía que haberte dado esto ayer durante nuestro encuentro, pero por la emoción del momento se me pasó por alto. - empezó. - Además de que tendría que dártelo como un regalo, pero tomando en cuenta nuestra situación actual, y el hecho de que aún estoy molesto contigo, por varias cosas, se me ocurrió la brillante idea de dártelo como un castigo.
- ¿No se supone que era yo el que te iba a castigar por desobedecerme? - cuestiona ignorando todo lo que dijo Jimin, a excepción del final.
- ¿Siquiera me estás prestando atención? - rechista aún molesto.
- Por supuesto que sí, y ¿Qué es lo que me vas a dar? - consulta intrigado.
- Mi marca. Osea una mordida, justo aquí. - contesta, acariciando con su pulgar, el suave músculo ubicado en la palma de la mano de su Kookie, abajo del pulgar ajeno.
- ¿Una marca? ¿Me vas a marcar? ¿Cómo eso de marca territorio? Es broma, ¿verdad, Jimin? - interrogó.
- No, no es broma. Y me alegra saber que comprendiste muy rápido. Además, tú también me marcaste, y comparado con tus marcas la mía solo es una.
- Ah, pero las que te hice se borraran en unos días, ¿Qué me asegura que la tuya también lo haga?
- Jajajj, ¿Y quién está diciendo que lo hará? Respira profundo, esto tal vez te duela un poco.
- Espera, ¿Qué? - cuestiona sorprendido. - No, no, no y no. Así a secas, a sueltas, sin cariñito y sin un besito tan siquiera, que frío te volviste, Jiminie.
- Eres muy dramático. - murmura. - De acuerdo, haré todo lo posible para que no te duela tanto, ¿ok?
- Es mi primera vez, así que se gentil conmig. . . ¡¡AHHH, TU MADRE!!
JM marco a Kookie, mientras éste estaba distraído parloteando. Rápidamente Jimin desencajó sus colmillos de la mano de su hombre, y procedió a lamer la marca sangrante hasta que cesó el flujo.
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Los Hijos de la Diosa Bastet: Kookmin
FanfictionJimin es un pequeño manx calico semi-dios, que se enamora de un joven ladrón (Jeon Jungkook) Juntos pasarán por muchas aventuras, y en el momentos menos esperado, se enterarán de una noticia que les cambiará la vida. ¿Confiarías ciegamente en alguie...