Capítulo 20 D

964 157 31
                                    

Luego de cruzar el techo me seguí elevando por los cielos en contra de todas las leyes de la física.

Tan rápido que los ojos me lloraban y no podía ver, tan alto que pasé otras dos capas de nubes hasta que caí.

Por suerte no fué muy alto.

Me senté notando a un señor con ojos fuera de su cara, sombrero de copa y una sonrisa enorme.

-Hola, lamento molestarle -me paré y sacudí rápidamente -estoy perdido y quiero volver al infierno. ¿Me podría dar direcciones por favor?

-¿Al infierno? -me miró interesado -¿Por qué volverías allá, Lionel?

¿Cuándo dije mi nombre?

-Allá están las personas que me importan -afirmé -¿Sabe cómo llegar?

-¿Miriam y Vermont? -ahora me está asustando.

¿Cómo sabe el nombre de mis padres?

-No, me refiero a Lucifer, Camilla, Charlie, Nifty, el señor venado... -me interrumpió.

-¿Conoces a mi hijo? -¿Cómo voy a saberlo si no me dice quién es? No todos podemos saber todo de la otra persona mirándola.

¿Cómo hace eso?

-¿Quién es su hijo? Si está en el infierno le podría mandar saludos cuando me guíe hasta allá -comenté.

-No importa, él no quiere saber nada de mí -afirmó.

-Vamos, no sea así -me acerqué y le dí un palmadita en la espalda -se nota que a usted le importa, tal vez podrían arreglar las cosas.

Está en el cielo, ¿Qué tan mal padre pudo ser?

-Él malinterpreta todo lo que digo y hago -suspiró -incluso cree que lo castigué por algo que ni él sabe que no hizo.

-¿Y lo castigó o le explicó la situación? -cuestioné.

-Lo intenté, pero todos mis hijos interpretan mis palabras cómo se les ocurre, así que es difícil -parecía frustrado.

-El emisor es el problema -me miró atentamente -cuando los receptores no pueden descifrar el mensaje, es que el emisor no lo mandó con un lenguaje que ellos pudieran entender. Después de todo, tú eres el que se quiere comunicar con ellos.

Como me está pasando ahora.

-Es como hablarle con términos físicos avanzados a un niño de 3 años -intenté explicarme -va a asociar lo que dices a algo que entienda y el mensaje se va a distorsionar. Debes ser claro y conciso, sin dar espacio a malos entendidos.

-No puedo -se quejó -ellos deben escoger sus propios caminos.

-Pero no podrán hacerlo sin que les des toda la información y las herramientas -aclaré -cuando les dije a mis sobrinos que cortaran toda comunicación con sus abuelos y su madre me odiaron, mas una vez les conté toda la situación, vieron que era la mejor decisión para vivir una vida tranquila.

-Tal vez puedas ayudarme -sonrió más -si te cuento todo, podrías ayudarme a explicar la situación antes que mis niños se maten.

-Con gusto le ayudo -acepté -pero no va a significar nada si no le dice con sus palabras...

Quería que me dijera su nombre, eso haría más fácil la comunicación.

-Soy Dios -eso me tomó desprevenido.

¡Yo y mi bocota!

Acabo de regañar al encargado de toda la vida y le dije que era el problema.

Estoy muerto.

Solo Puedes SubirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora