Capítulo 25

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Estaba viendo atentamente mi comida mientras la cabeza me daba vueltas.

Muerto.

Morí sin poder hacer nada.

Yo debía ser un buen tío, el mejor hijo posible y un nieto...

-¡Que se pudra esa vieja amargada! -grité viendo el cereal enojado.

Mamá debía ser libre cuando esa señora se muriera, yo trabajaría para mantenerla lejos de mi padre y seríamos una familia feliz.

-¿Sucede algo Lionel? -me preguntó curiosa una amable rubia.

¡Compórtate!

Me senté recto y puse una cara neutral.

-Todo bien, muchas gracias por recibirme aquí, lamento los inconvenientes que he causado -incliné mi cabeza y llevé mi plato lleno junto a los vacíos para lavarlos.

-No ha comido nada desde hace días -escuché un susurro.

Idiota, haces que se preocupen por tí. No puedes dejarles hacer eso, tú eres el que debe apoyar a los demás.

Una piedra de tope.

Debo disculparme con ese señor de sombrero de copa, estaba tan asustado la última vez que me dejé llevar.

-Por favor no se preocupen -les pedí lavando -al ser pequeño mi estómago se llena más rápido, por lo que debo comer menos, es natural.

Siento que voy a vomitar.

-¡Al fin! -llegó el señor amable de sombrero de copa.

No era mucho más alto que yo, pero se notaba que era mayor.

-Ese maldito viejo me concedió una reunión -se acercó a mí y me despeinó -Sera dijo que mataría a todo el mundo acá abajo si volvía a hacer otro "escándalo" como el de la vez pasada.

Sus palabras y movimientos demostraban alegría, pero sus ojos tenían unas grandes ojeras y estaban hinchados.

-Todo saldrá bien -agarré su mano y sonreí -si hay algo que pueda hacer por usted, por favor dígalo, pero no debería sentirse así. No sé qué habrá hecho o pasó, pero perdónese y perdone a los demás.

Sus ojos se cristalizaron después de verme y puso una cara de horror.

Lo arruiné.

-Muchas gracias por lo de ayer, lamento haberme puesto así, ustedes solo querían ayudar a esta translúcida alma -hice una pequeña referencia.

Vamos Lionel, hasta tú sabes que un niño no habla así. Las personas toman como una "mala señal" si alguien se expresa como si fuera 10 años mayor o menor de lo que es.

-¿Lionel? -apareció el señor venado -¿Ya estás listo?

Asentí emocionado y solté al de traje blanco para seguir al de saco rojo.

-¿A dónde vas con él? -se enojó el señor amable.

-Ayer me dijo que quería ver cómo funciona mi estación de radio -tiene razón, le pedí eso, pero este sujeto es algo raro. Su sonrisa es perturbadora.

-Charlie, pensé que te había pedido estar con él hasta que yo resolviera todo -miró a la rubia.

-Sí, pero no tiene nada de malo que vea cómo funciona la estación y se va a quedar en el hotel -se explicó ella -más tarde iremos a una pista de Go Karts con Camilla y volveremos para la cena.

Mis ojos se iluminaron.

Sería una tarde increíble y la señorita que vino la otra vez se notaba amable y preocupada.

No puedo esperar.

-¿Te gustan mucho los Go Karts? -preguntó el de traje blanco.

Yo asentí avergonzado, ¿Se me nota tanto?

"Solo los bebés muestran tanta emoción por algo", desgraciadamente nunca he sido bueno ocultando algo que genuinamente me interesa.

-Sí, tía Nina me llevó después de la boda de mi hermana, ya que los niños no se permitían en la fiesta -expliqué apenado -me encantan.

-Es bueno saberlo -me sonrió y volvió a posar una mirada dura sobre el de cornamenta -no te acerques a él.

No sé a quién iba dirigido, pero se notaba serio.

-Papá, ¿No tenías la reunión? -cuestionó la que era bastante parecida a él.

Él suspiro y se agachó un poco para quedar a mi altura.

-Sé que eres un niño muy amable, pero no confíes en ese demonio, sus tratos... -lo interrumpí.

-Nunca -aseguré -jamás aceptaría un trato aquí abajo, ¿Por qué alguien quisiera perder su alma así? No puedo volver a morir, el hambre y el frío ya no son un impedimento y, fuera de lo esencial, no habría motivos para aceptar algo tan riesgoso con una persona que está aquí por una razón. El que acepta algo así es solo un idiota que no puede poner bien sus prioridades.

-¿Cómo es que ahora es más fastidioso? -escuché a la araña blanca quejarse.

-Si te queda el poncho... -le respondí con una sonrisa y volví mi mirada al señor amable -no se preocupe, no soy estúpido.

-¿Cuántos años tienes? -cuestionó intrigado.

La cagué.

-Catorce -contesté simple.

Él me quedó mirando unos segundos.

-Cuando vuelva, me encantaría hablar contigo -me miró de forma extraña, algo entre lástima y su propia pena.

Realmente este sujeto tiene heridas abiertas que mi presencia toca.

-Éxito en su reunión -sonreí y me fuí corriendo hacia el ala de radio.

Era oscura y estaba deteriorada.

¿Cuesta tanto la luz acá abajo que es mejor no ponerla en todo el sector?

-Hoy tendremos un día espléndido -apareció el señor venado -hace mucho no agrego a alguien nuevo al repertorio.

-¿Repertorio? -miré curioso la cabina llena de botones y palancas.

-Catálogo limitado de opciones -explicó -por eso es motivo de celebración que alguien se una. ¿No es así?

-Depende -comenté -si agrega demasiadas canciones, las personas ya no podrán escuchar tan seguido las que les gustan, por otro  lado, podrían descubrir algún artista o estilo nuevo que les sea de su agrado.

No dijo nada, solo me quedó mirando con su sonrisa siniestra y comenzó a transmitir.

Yo veía todo desde una esquina del cuarto, se quejaba de un tal Vox, dió noticias y presentó la nueva pista musical que habría.

Un grito de ayuda sonó por las bocinas a lo que empecé a temblar.

Sonaba desesperado, como si no tuviera miedo de cortarse las cuerdas vocales si eso hacía que alguien le escuchara.

La atmósfera era asfixiante, no podía respirar y todo mi cuerpo se contrajo del terror.

¿Quién demonios es este tipo?

¡Hola!

Espero que se encuentren lo mejor posible y les haya gustado este capítulo.

Estoy muy feliz por el apoyo que ha recibido esta humilde historia, muchas gracias por leer 💙💙

En temas no relacionados, hoy me entregaron mi certificado de B2 en alemán, por lo que estoy muy emocionado.

¡Les deseo un muy buen fin de semana!

¡Nos leemos luego!

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