Solo Puedes Subir

Capítulo 28

-¡Mira ese lindo pingüino! -gritó Emily emocionada.

Esta niña tiene más energía que el sol. Es agotador.

-¿Realmente usted ayudó a crear todo esto? -cuestionó mientras salíamos de las "zonas polares" y entrabamos a las "zonas desérticas".

Esto ya debería ser lo último.

-Sí, junto a muchos otros, pero por alguna razón todos aseguran que Dios lo hizo solo -me molesté solo de recordar -siempre se debe llevar el crédito de todo...

-Pero mira que linda carita -alzó una serpiente.

-Deja eso ahí, ya deberíamos estar cerca -ordené subiendo la duna.

Han sido 3 días, pero por fin se mostró la extensión del lugar.

El Edén.

Me caí camino a bajo ya que mi pie se hundió en la arena, por lo que tuve que sacudirme lo mejor que pude.

Un espectro negro con líneas blancas como si dibujaran una boca abierta y unos ojos inexpresivos apareció.

-¿Dónde está ese tal "Raymond"? -cuestioné, pero no decía nada.

Solo me miraba como si yo estuviera fuera de lugar.

-Caída... -salió de su ser sin mover nada de su cuerpo.

-¡Ah! -gritó la pequeña al ver al ente -¿Quién es?

El fantasma negro tocó el suelo y unas enredaderas bloqueron la entrada antes de hacerse babosas y llegar a mis pies.

-Cambio... -soltó la figura humanoide -decisión...

-Tenemos que hablar con Raymundo -afirmé.

-Tiempo... -fué lo único que se escuchó como respuesta.

-¿Señor Lucifer? -me llamó la niña un poco temerosa -¿Y si él es Raymundo?

-¿No era un ángel? -traté de recordar lo que decían los documentos.

-Sí, pero cuando Sera me contó que en el purgatorio habían entes que decidían si la persona era buena o no, me contó que los encargados parecían sombras -se acercó a la criatura.

¿Qué se le pasó por la cabeza a mi padre para crear algo así?

-"El ocaso lleva consigo todo el día, pero llegar a este sin haber visto su punto más alto es lo mismo que presenciar un amanecer muerto" -recité en voz alta y el misterioso ser se acercó a mí.

-Amor... -tocó mi frente.

Me dió muchísimo asco sentir baba fría con un olor indescriptible chorrear por mi cara.

Una vez estuve completamente cubierto de ese líquido me arrastró hasta cruzar la pared.

Al frente mío había una placa con algo escrito en la letra de mi padre.

"Si lo turbio contamina lo puro, ya no se podría beber".

¿La baba no puede tocar el agua?

¡¿Cómo demonios lo evito si estoy cubierto en ella?!

Traté meter mi mano en la nube para limpiarla, pero funcionaba como si fuera concreto y no lograba pasar.

¿Qué hago?

Sacudí mis brazos todo lo que pude y sacándome la chaqueta, la usé la parte interior como un paño por mucho que me duela en el alma.

-¿Todo bien, señor Lucifer? -se escuchó desde el otro lado -mientras estás ocupado voy a ver un escorpión que está en la duna de al lado.