Capítulo 9: El boggart del armario ropero

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Capítulo 9: El boggart del armario ropero

Hola a todos! Bienvenidos una semana más! :3

A leer! :3

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¡Vamos! —dijo Hagrid enfadado—. Os voy a acompañar a los tres al colegio. ¡Y que no os vuelva a pillar viniendo a verme a estas horas! ¡No valgo la pena!

Harry sonrió. Para él, siempre merecía la pena ir a ver a Hagrid.

— Este es el final — dijo Demelza, marcando la página y dejando el libro en la tarima.

El director se puso en pie y anunció alegremente:

— Toca hacer un pequeño descanso. Es hora de comer.

Con un gesto, invitó a todos los presentes a que se levantaran de sus asientos. Hizo la ya acostumbrada floritura con la varita que provocó que los cómodos sillones, butacas y sofás fueran reemplazados por las cuatro mesas de las casas.

Las puertas del comedor se abrieron, por lo que muchos aprovecharon para salir a tomar el aire o para ir al baño. Harry se quedó de pie, ignorando el revuelo a su alrededor en favor de mantener la vista fija en Draco Malfoy, quien caminaba hacia la salida con paso firme. Crabbe y Goyle parecían algo extrañados ante su conducta, pero ninguno de ellos lo siguió.

— ¿Todo bien, Harry? — preguntó Sirius, cogiendo del hombro a Harry y guiándolo hasta la mesa de Gryffindor.

— Sí, claro.

Harry y Sirius tomaron asiento junto a Hermione y Ron, quien ya había empezado a servirse comida de los platos que acababan de aparecer sobre las mesas.

De reojo, Harry vio cómo Malfoy salía del comedor solo. Le daba mucha curiosidad saber a dónde iba.

— Voy al baño — dijo rápidamente antes de levantarse y dirigirse a las puertas, ignorando las miradas preocupadas de sus amigos.

Salió del comedor e inmediatamente supo que había tardado demasiado en hacerlo. Le había perdido la pista a Malfoy, que podía haberse ido en cualquier dirección.

En ese momento, un par de alumnos de Ravenclaw se le acercaron.

— Eh, Potter. Lo del basilisco fue genial. ¿En este libro también vas a cargarte algún monstruo?

— Eh… no.

El chico de Ravenclaw pareció algo decepcionado.

— ¿No nos puedes contar un poco de lo que va a pasar? Prometemos no decir nada.

A Harry le dieron ganas de replicar que, si querían saber lo que iba a pasar, se esperaran a que se leyera en vez de tocarle las narices a él. Sin embargo, antes de que pudiera abrir la boca se le ocurrió otra idea.

— Claro que puedo. Pero antes, ¿habéis visto salir a Malfoy del comedor?

Los dos chicos de Ravenclaw intercambiaron miradas.

— Sí — respondió uno de ellos. — Te podemos decir por dónde se ha ido si nos dices cómo acaba este libro.

— Vale — accedió Harry, alegrándose de que hubieran entendido lo que quería sin que él tuviera que explicarlo. — ¿Por dónde se ha ido?

— Por ahí. — Uno de ellos señaló uno de los pasillos a su izquierda.

— Vale, gracias.

— ¡Espera! Tienes que cumplir tu parte del trato.

Hogwarts lee Harry Potter IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora