Capítulo 9: El boggart del armario ropero
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—¡Vamos! —dijo Hagrid enfadado—. Os voy a acompañar a los tres al colegio. ¡Y que no os vuelva a pillar viniendo a verme a estas horas! ¡No valgo la pena!
Harry sonrió. Para él, siempre merecía la pena ir a ver a Hagrid.
— Este es el final — dijo Demelza, marcando la página y dejando el libro en la tarima.
El director se puso en pie y anunció alegremente:
— Toca hacer un pequeño descanso. Es hora de comer.
Con un gesto, invitó a todos los presentes a que se levantaran de sus asientos. Hizo la ya acostumbrada floritura con la varita que provocó que los cómodos sillones, butacas y sofás fueran reemplazados por las cuatro mesas de las casas.
Las puertas del comedor se abrieron, por lo que muchos aprovecharon para salir a tomar el aire o para ir al baño. Harry se quedó de pie, ignorando el revuelo a su alrededor en favor de mantener la vista fija en Draco Malfoy, quien caminaba hacia la salida con paso firme. Crabbe y Goyle parecían algo extrañados ante su conducta, pero ninguno de ellos lo siguió.
— ¿Todo bien, Harry? — preguntó Sirius, cogiendo del hombro a Harry y guiándolo hasta la mesa de Gryffindor.
— Sí, claro.
Harry y Sirius tomaron asiento junto a Hermione y Ron, quien ya había empezado a servirse comida de los platos que acababan de aparecer sobre las mesas.
De reojo, Harry vio cómo Malfoy salía del comedor solo. Le daba mucha curiosidad saber a dónde iba.
— Voy al baño — dijo rápidamente antes de levantarse y dirigirse a las puertas, ignorando las miradas preocupadas de sus amigos.
Salió del comedor e inmediatamente supo que había tardado demasiado en hacerlo. Le había perdido la pista a Malfoy, que podía haberse ido en cualquier dirección.
En ese momento, un par de alumnos de Ravenclaw se le acercaron.
— Eh, Potter. Lo del basilisco fue genial. ¿En este libro también vas a cargarte algún monstruo?
— Eh… no.
El chico de Ravenclaw pareció algo decepcionado.
— ¿No nos puedes contar un poco de lo que va a pasar? Prometemos no decir nada.
A Harry le dieron ganas de replicar que, si querían saber lo que iba a pasar, se esperaran a que se leyera en vez de tocarle las narices a él. Sin embargo, antes de que pudiera abrir la boca se le ocurrió otra idea.
— Claro que puedo. Pero antes, ¿habéis visto salir a Malfoy del comedor?
Los dos chicos de Ravenclaw intercambiaron miradas.
— Sí — respondió uno de ellos. — Te podemos decir por dónde se ha ido si nos dices cómo acaba este libro.
— Vale — accedió Harry, alegrándose de que hubieran entendido lo que quería sin que él tuviera que explicarlo. — ¿Por dónde se ha ido?
— Por ahí. — Uno de ellos señaló uno de los pasillos a su izquierda.
— Vale, gracias.
— ¡Espera! Tienes que cumplir tu parte del trato.
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Hogwarts lee Harry Potter III
FanfictionEl precio a pagar por derrotar a Voldemort fue demasiado alto. Cuando Dumbledore recibe unos libros cuyo contenido puede cambiar el mundo, no queda más remedio que leerlos. ¿Tú también estás harto de todas esas historias de lectura de libros que jam...