Capítulo 3: El error de tía Marge

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Capítulo 3: El error de tía Marge

Hola a todos! Bienvenidos una vez más a este fic! :D

Ahora sí, a leer! :3

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Dumbledore se puso en pie alegremente y volvió a tomar el libro entre sus manos.

— El siguiente capítulo se titula: El error de tía Marge. ¿Alguien se ofrece voluntario para leer?

De nuevo, varias personas levantaron la mano. Harry notó que entre ellas se encontraban algunos de los que habían parecido frustrados con la falta de acción del capítulo anterior.

El director eligió a Lisa Turpin, de Ravenclaw, quien subió a la tarima, cogió el libro y repitió:

— El error de tía Marge.

Harry tragó saliva. Sabía que era inevitable que se leyera este capítulo, pero parte de él mantenía la esperanza de que no se mencionaran muchos detalles sobre aquella horrible semana.

Algunos de sus amigos sonreían, sabiendo lo que le había pasado a tía Marge, pero Harry fue incapaz de devolverles la sonrisa debido a lo nervioso que se estaba poniendo.

Cuando Harry bajó a desayunar a la mañana siguiente, se encontró a los tres Dursley ya sentados a la mesa de la cocina.

— Otro capítulo sobre los Dursley — dijo Angelina con una mueca. — ¿Qué hicieron esta vez? ¿Quién es tía Marge?

— Ahora lo verás — dijo Fred ocultando una risita.

Veían la televisión en un aparato nuevo, un regalo que le habían hecho a Dudley al volver a casa después de terminar el curso, porque se había quejado a gritos del largo camino que tenía que recorrer desde el frigorífico a la tele de la salita.

Se escucharon resoplidos a lo largo de todo el comedor. Pansy Parkinson tenía cara de sentirse totalmente asqueada.

Dudley se había pasado la mayor parte del verano en la cocina, con los ojos de cerdito fijos en la pantalla y sus cinco papadas temblando mientras engullía sin parar.

— ¿Cinco papadas? — exclamó la señora Pomfrey. — ¡Eso no es normal!

Harry pensó que, con la cantidad de comida que comía Dudley y el nulo ejercicio que hacía, sí era normal.

Harry se sentó entre Dudley y tío Vernon, un hombre corpulento, robusto, que tenía el cuello corto y un enorme bigote. Lejos de desearle a Harry un feliz cumpleaños, ninguno de los Dursley dio muestra alguna de haberse percatado de que Harry acababa de entrar en la cocina, pero él estaba demasiado acostumbrado para ofenderse.

De nuevo, se escucharon bufidos, y más de una persona lo miró con pena.

Ni siquiera había empezado la parte difícil todavía y Harry ya estaba comenzando a impacientarse.

Se sirvió una tostada y miró al presentador de televisión, que informaba sobre un recluso fugado.

«Tenemos que advertir a los telespectadores de que Black va armado y es muy peligroso.

Inmediatamente, medio comedor se giró para mirar a Sirius, quien sonrió al escuchar su nombre.

— No me esperaba que me mencionaran hasta dentro de varios capítulos — dijo alegremente. — Pero supongo que no debería sorprenderme, teniendo en cuenta cuál es el título del libro.

Hogwarts lee Harry Potter IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora